Seguridad y libertad

| GONZALO PARENTE |

OPINIÓN

05 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

LOS ATENTADOS terroristas de este verano han abierto un debate en la prensa occidental sobre el dilema que suponen estos dos conceptos, imprescindibles para la vida humana de nuestro entorno social. La libertad es un concepto fundamental que implica el reconocimiento de los derechos humanos, cuya defensa es el principal valor de las sociedades avanzadas. Pero se ve hoy amenazada por la necesidad de hacer frente a los ataques de carácter terrorista. Con ello se reclaman mayores cotas de seguridad para proteger a lo que Karl Popper denomina como la «sociedad abierta», que se basa en la práctica de los sistemas democráticos. Pero la sociedad democrática presenta grandes vulnerabilidades que facilitan las agresiones de quienes pertenecen a otro tipo de sociedad mucho más cerrada, por no decir atrasada. En una reunión internacional sobre terrorismo, seguridad y democracia, celebrada en Madrid el pasado mes de marzo, Kofi Annan advertía muy seriamente que los atentados con bombas de destrucción masiva (nucleares, biológicas o químicas) son posibles. Si esto llegara a ocurrir -decía Annan- se produciría una gran recesión económica con un auténtico desastre mundial. Por ello, debe considerarse que los ataques terroristas no son una posibilidad remota; la amenaza está ahí. Se hizo realidad ya, en Londres, en Madrid, en Nueva York y también en Bali (Indonesia), país éste de religión islámica. La conclusión es que solamente la cooperación internacional, tanto a nivel político como popular, y la concienciación social de que, como dijo el sociólogo español Víctor Pérez Díaz, lo que pretenden es acabar con nuestra sociedad occidental democrática, terminarán por ponernos en guardia para defender nuestra libertad y forma de vivir.