Grandes cumbres

La Voz

OPINIÓN

LUÍS VENTOSO

28 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

SI QUIERES anestesiar un problema, crea una «comisión de estudio». Si deseas simular un gran interés sobre una lacra mundial irresoluble, organiza una «cumbre internacional» (a ser posible con Kofi Annan en las croquetas de clausura). Si se trata de divagar con garbo sobre la polémica de moda, lo suyo es una «comisión informativa en el Senado» (y sea cual sea el debate, que pasen a opinar un actor que se quedó en Segundo de BUP, un profesor con gafas de pasta de la Universitat Pompeu Fabra, Ana Rosa y el psiquiatra Rojas Marcos). Para que un político mangui logre escaquearse, lo idóneo es «una comisión de investigación en el Congreso». Para que las venerables gentes del parnaso literario duerman en un parador de lujo, pillen medio morao y le tiren los tejos noctámbulos a alguna poetisa bonancible, se puede organizar, por ejemplo, un congreso literario sobre la influencia del marmitako en la interpretación que hizo Unamuno del Quijote . Y para que un presidente del Gobierno diga solemnes y muy respetables obviedades, se retrate junto a mandatarios más o menos exóticos y no suceda nada realmente relevante... pues para eso están las cumbres euromediterráneas de Barcelona.