Estamos tan acostumbrados a ver en directo imágenes de cualquier parte del mundo que podemos llegar al convencimiento de que siempre fue así. Sin embargo, esta capacidad de comunicación mundial tuvo un comienzo. Han sido necesarios muchos años de investigación y muchas pruebas antes de que pudiésemos hablar de lo que hoy se conoce como Mundovisión.
10 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.La posibilidad de difundir, captar o enviar imágenes de televisión a todo el mundo es hoy algo de lo que no podríamos prescindir. No entenderíamos que no pudiésemos ver lo que sucede en Japón, Australia, Moscú o la más pequeña de las islas del Pacífico. Desde que todo el mundo pudo ver en directo las olimpiadas de Tokio o la conquista de la Luna tuvimos conciencia de que en el mundo estábamos conectados y que entrábamos en una nueva era de comunicación visual. Ver directamente, en el mismo momento en que estaba sucediendo, los atentados, el incendio y el posterior derrumbe de las Torres Gemelas, puede parecernos lo más normal. Ver directamente el comienzo de los bombardeos sobre Bagdad o sobre distintas ciudades yugoslavas nos ha parecido lo más natural de la época de las comunicaciones que estamos viviendo. Sin embargo, todo ello ha sido posible porque la ATT y la NASA lanzaron el 10 de julio de 1962 un pequeño satélite artificial, que pudo transmitir imágenes a Francia y Gran Bretaña al día siguiente, 11 de julio. Fue el primer experimento de transmisiones televisivas, telefónicas y telegráficas con repetidores situados en órbita terrestre. Por primera vez en la historia, pudieron verse imágenes en distintas partes del planeta. Fue posible gracias a una pequeña esfera de 81 centímetros de diámetro, recubierta de células solares para alimentar sus baterías. Era capaz de conectar 600 circuitos telefónicos o un canal de televisión. Como su órbita era circular a baja altura sólo estaba disponible una hora para hacer de repetidor en cada recorrido. Este primer satélite se llamaba Telstar y respondía a una idea concebida a mediados de los cincuenta. Su vida fue efímera. Un año más tarde, el 7 de mayo de 1963, se lanzó al espacio el Telstar II. Los Telstar fueron los pioneros, las primeras piedras de un sistema mundial. Era necesario conseguir que los satélites estuviesen estacionados permanentemente sobre un punto para que fuesen utilizables constantemente y no sólo ocasionalmente. Esto se consiguió en 1965 con el primer satélite de Intelsat, el Early Bird (pájaro madrugador). Fue lanzado desde cabo Kennedy el 6 de abril de 1965 y colocado en órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altura. De esta forma su período orbital era idéntico al de rotación de la Tierra, y era posible utilizarlo 24 horas al día. Tenía una capacidad de 240 canales telefónicos y sólo de un canal de televisión. Pero este ya permaneció en órbita tres años y medio. Fue explotado por un total de 45 países y gracias a él pudieron realizarse las primeras retransmisiones en directo por Mundovisión de grandes acontecimientos políticos y sociales. La primera conexión total de Mundovisión se realizó el 25 de junio de 1967 con el programa Nuestro mundo. Consistió en un gran reportaje, cuyo único objetivo era mostrar las posibilidades técnicas de este sistema de comunicación. El programa requirió nueve meses de ensayos y la colaboración de miles de personas. Contenía tomas de 31 ciudades que representaban a los cinco continentes. El primer espectáculo que se hizo por Mundovisión fue presentado por Peter Ustinov. Allí estuvieron los Beatles cantando All You Need Is Love. Estuvo Zeffirelli ensayando una escena de Romeo y Julieta. Dos años después, el 20 de julio de 1969, por las pantallas de los televisores conectados con Mundovisión llegan a los ciudadanos de todo el mundo las imágenes de la conquista de la Luna. Era todo tan real que para muchos no fue creíble. No parecía posible para las viejas generaciones que el hombre pudiera llegar a la Luna y mucho menos era posible que lo pudiéramos ver en directo. No podía ser real. Desde entonces, el mundo está visualmente al alcance de todos los humanos en directo. Han pasado 44 años desde el primer experimento rudimentario de satélite artificial el 11 de julio de 1962. Y han pasado tan sólo algo más de ochenta desde que la imagen tomada en una habitación podía verse en la de al lado, comenzando así la televisión.