¿Del coche a la cárcel?

| RAMÓN IRIGOYEN |

OPINIÓN

10 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

J.?M.?J.?T., ecuatoriano de 43 años, ingresó en la prisión de Pamplona por orden judicial. Este ciudadano, presuntamente, no había pagado la sanción económica derivada de las condenas dictadas por conducir ebrio, en varias ocasiones, a lo largo de los dos últimos años, y sin tener carné de conducir. Pero J.?M.?J.?T., sin duda, nacido para la fórmula 1, no pudo resistir la tentación de volver a coger el volante y, si no suenan aquí irreverentes unas rimas, volvió a conducir como un brujo aficionado al orujo. ¿Por qué nos choca que un ciudadano acabe en la cárcel por un delito de tráfico?: porque las penas por delitos de tráfico -e igualmente las penas por defraudación a Hacienda- no aparecen en los Diez Mandamientos. Todos hemos interiorizado la prohibición de matar porque el quinto mandamiento de la Ley de Dios dice: no matarás (salvo, claro, que mates a alguien con el coche: eso, por la calidad del arma, ya no es un homicidio sino un servicio a la patria). Pero, como la Ley de Dios no dice «no conducirás ebrio», o «no defraudarás a Hacienda», el chimpancé humano no puede asimilar esos excesos de ética. El Código castiga con penas de uno a cuatro años de prisión el homicidio imprudente, pero son muy raras las condenas superiores a dos años. ¿Creen quizá los jueces que, si aplican la ley con rigor, se van a saturar las prisiones de automovilistas? El fiscal de sala coordinador de Seguridad Vial del Tribunal Supremo ha declarado que deben aumentar las condenas por delitos de tráfico. Tampoco hay que olvidar que la mayoría de las sentencias se dictan en juicios de faltas: las compañías de seguros y el perjudicado llegan a un acuerdo que compensa las responsabilidades penales con indemnizaciones. ¿Qué imagen saca el público de esto? Una imagen penosa: la justicia se compra con dinero. Las siglas del ciudadano ecuatoriano J.?M.?J.?T. nos remiten a El proceso, de Kafka: allí también el protagonista de la novela aparece con el apellido mencionado con una abreviatura: K. «Alguien debió de haber calumniado a Josef K., puesto que, sin haber hecho nada malo, fueron a arrestarlo una mañana», escribió Kafka. ¿Pensará lo mismo J.?M.?J.?T.?