Antes del AVE

Gonzalo Ocampo
Gonzalo Ocampo EL RETROVISOR

OPINIÓN

09 ene 2012 . Actualizado a las 11:12 h.

Que el AVE es un asun-to preferente en la atención de los medios de información resulta evidente. Y es una atención que parece justa tras tantas promesas, tantas esperas y, seguramente, a la vista de necesidades reales, como de bastantes agravios comparativos. Tal vez por ello desde el nuevo Gobierno se ha dicho que se tratará de cancelar con prontitud las deudas pendientes de pago en razón de la obra ya construida.

Este dato, de modo inevitable, trae a la memoria el recuerdo de la inefable transcantábrica, tal vez menos trascendente que el tren pero, incuestionablemente, prioritario vial para los intereses gallegos allende la frontera regional, hacia el norte español y hacia la Europa global. No deben olvidarse reiteradas proclamaciones institucionales -que comienzan en el año 1984-, estimándola como «obra fundamental» desde perspectivas socioeconómicas. Después de la apertura de un corto tramo en el mes de junio del pasado año, la apertura de la autovía al completo, dentro del territorio de Galicia, tiene como fecha el sine die.

No se trata de priorizar el tren sobre la carretera, o viceversa, en el orden de las necesidades, pero es grave recordar que en vista del ahogamiento económico del Estado, alguien apuntaba desde su seno que «el Gobierno recortará en infraestructuras si la reforma no calma la economía», dicho sea con referencia al poder político anterior a las elecciones de noviembre. ¿De nuevo toca perder a las carreteras?