21 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.						
					
		
		                                                                   		                                        
                                        		
											
						
																			Sin saber muy bien a quién beneficiaba, el ministro Miguel Sebastián implantó hace años la factura mensual de la luz, con lecturas estimadas unas veces, reales otras. Provocó aquella ocurrencia una oleada de reclamaciones y ensució la imagen de las compañías eléctricas, nunca muy bien consideradas. Ni sus millonarios beneficios les compensan de tanto conflicto. Ahora ya acaba esta broma.
