Tráfico y Semana Santa

Gonzalo Ocampo
Gonzalo Ocampo EL RETROVISOR

OPINIÓN

09 abr 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Tal vez es engañosa la información de ciertas televisiones cuando recurren a las generalizaciones. Parece que si llueve o nieva en algún lugar, España entera está afectada, como cabría decir también de la potencial o real suspensión de procesiones, extendiendo el augurio a todas las provincias. Abruma la insistente noticia de retenciones de la circulación y de mínimas incidencias que a casi nadie importan. Llegan después los planos de playas y de playeros.

Al final, al mismo nivel de frivolidades, se cuenta el lado amargo: el hecho de que del Viernes de Dolores hasta el Jueves Santo 25 personas perdiesen la vida en las carreteras, cuando todavía este tiempo de holganza está en su ecuador.

Cabe otra observación. La eclosión del automóvil es evidente que ha trastrocado los usos y costumbres preestablecidos. Se presta a la huida urgente desde los centros urbanos y coadyuva con esta era desnortada y convulsa que nos quiere autosuficientes y acríticos. Por eso la Semana Santa ya no interpela a tantos.