El futuro: asumirlo y adaptarnos

Andrés Precedo Ledo CRÓNICAS DEL TERRITORIO

OPINIÓN

14 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En todas las crisis cíclicas, la transición de un ciclo al siguiente se resuelve mediante un proceso de ajuste, al que sigue una fase de adaptación y, de nuevo, un ciclo de crecimiento. Ahora estamos en la etapa de ajuste, que en España está resultando, por la indecisión e irresponsabilidad de los políticos, más larga de lo necesario y de lo deseable. Si los ajustes se hubieran hecho antes, hoy no estaríamos como estamos. Por la fuerza o por convencimiento todos asumimos la nueva situación. Todos menos unos: los sindicatos y los políticos locales y autonómicos, que siguen intentando mantener una situación de privilegio y abuso que en el nuevo contexto resulta escandalosa. ¡Señores diputados, señores alcaldes, señores concejales! ¡Por favor! ¿No se dan cuenta de que ustedes han sido con sus excesos, arbitrariedades y corrupciones una parte importante del problema? Mientras los recortes a ciudadanos avanzan por la vía de la imposición, temas tales como la fusión compensada de municipios, o el ajuste del sistema autonómico, por no hablar de la organización provincial, y la supresión de organismos ineficientes y prescindibles se eterniza y, en el mejor de los casos se negocia, se discute y se maquilla. ¡Ellos son de otra naturaleza! La clave, además de intentar mantener su estatus, reside en que todavía no se han adaptado mentalmente a los nuevos tiempos. ¡Mal futuro nos espera si quienes deberían ir por delante se van haciendo los remolones! Claro que el Gobierno también podría poner la misma energía y decisión que la aplicada a los recortes ciudadanos, pero al fin y al cabo son de los suyos. De todos modos, tampoco los ciudadanos hemos avanzado al ritmo deseado en el proceso de adaptación, porque son muchos los que piensan que esto es pasajero y que después volveremos más o menos a lo de antes. Y se equivocan, porque si no nos apresuramos a adaptarnos en nuestra mentalidad, en nuestro estilo de vida, en nuestro sistema de valores, al nuevo modelo político, económico y social no haremos más que reproducir el comportamiento viciado de los políticos, o la conducta irresponsable de los sindicatos y los grupos de extrema izquierda. Debemos adaptarnos todos, y cuanto antes lo consigamos mejor, porque la fiesta se acabó por mucho tiempo.