Un diputado conduce ebrio

Ramón Irigoyen
Ramón Irigoyen LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

09 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El diputado del PP Vicente Ferrer, que comparte nombre y apellido con un célebre santo medieval dominico y, además, como él, valenciano, acaba de ser condenado en juicio rápido a la retirada por ocho meses del carné de conducir por haber dado positivo en un control de alcoholemia en Valencia. Vicente Ferrer le ha contado al juez que se reunió con unos amigos de la universidad a comer paella y que ya se sabe lo que pasa: empezaron a la una y acabaron a las ocho y tomó la decisión equivocada de coger el coche. Al no hablar él de bebida, hay que deducir que la paella fue cocinada con mucho alcohol. Por eso Vicente Ferrer no tenía que haber cogido el coche ya que la Dirección General de Tráfico nos recomienda eso de «al volante ni una gota de alcohol» incluso en los casos en que lo ingiramos como un ingrediente más de los alimentos sólidos. En una novela decimonónica, Paso a paso, el autor demostró cómo se pasa de robarle a la madre unas perras al más atroz asesinato. Vicente Ferrer ha dado, hasta la fecha, dos malos pasos: comió la desdichada paella y, además, luego, le ocultó al juez que era aforado y que, por tanto, tenía que haber sido juzgado, tras la pertinente autorización, en su caso, del Congreso, por el Tribunal Supremo. En el 2010, Vicente Ferrer declaró que España era como un barco en el que el capitán tenía un timonel borracho. Hace ya, pues, un tiempo que parecía estar invocando un control de alcoholemia que, con justicia, lo ha llevado a ser condenado.