Navidad

Gonzalo Ocampo
Gonzalo Ocampo EL RETROVISOR

OPINIÓN

20 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Puede entrar la Navidad en un espacio como este. El hombre es viajero desde la condición nómada de los primeros habitantes del planeta. El ser humano es, radicalmente, un ser moviente que muda de lugares en la búsqueda necesaria del agua, de los alimentos o en la huida del agresor. Suyos son el vericueto y la senda, el sendero y el camino. Y caminantes fueron María y José, sin el Niño entre Nazaret y Belén, con él más tarde de Belén a Jerusalén, de Jerusalén a Egipto y de Egipto a Nazaret. Largas y fatigosas jornadas sin más medios que la propia andadura y la ayuda del borrico portador de ajuares.

Dice un autor que «el viaje es metáfora de la vida», tal vez porque la vida de cada uno tiene un punto cierto de partida y otro punto de llegada, incierto este. El viajero bien dispuesto cree entonces que viajar es aprender el arte de vivir caminando a través de un desierto espiritual, pero con un bagaje de creencias que nos libre del vacío de alrededor y que puede llegar con la Navidad, que deseamos feliz a los lectores.