El infierno de Dan Brown

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

26 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

L os libros, la mayoría de las veces, no se venden solos. Lo sabe bien Dan Brown, que ha conseguido que su cóctel funcione una y otra vez. Dan Brown utiliza siempre una fórmula. ¿Para qué probar otra si va de maravilla? Su protagonista es Robert Langdon, experto en signos. Y los ingredientes, que el tal Robert tiene un acertijo que descubrir, hay arte, hay adversarios, hay pasadizos y hay un toque de ciencia. Ya está. Pero el talento de Brown está en que sabe hacer que su escritura, lo que cuenta, tenga las mismas propiedades de una bebida energética. Te excita. Te anima a seguir. Una página te lleva a otra, y la otra, a la siguiente. Ahora en España se han editado un millón de ejemplares de Inferno, su nueva obra. El guiño este vez es a la Divina comedia, de Dante Alighieri. Podía ser cualquier otro lazo cultural. La adrenalina y el juego son las claves de las obras de Dan Brown, como lo fueron en Ángeles y demonios, en El código Da Vinci y en El símbolo perdido. ¿Es bueno o malo que haya autores así? La respuesta es fácil: siempre es mejor que se lea. Dicen que es su trabajo más ambicioso. Da lo mismo. Su truco está en la acción, no en las metáforas. Y así debe ser.