He aquí un suceso de tragedia griega. La hija de María del Carmen García fue violada a los trece años. El violador condenado por este delito, en un permiso carcelario, se acercó a la madre y, por parecerle chistosa la violación, le preguntó qué tal se encontraba la niña. La madre, inspirada por el ángel exterminador, encontró la respuesta. Compró gasolina, buscó al violador, lo roció con el bálsamo de Fierabrás y le pegó fuego. A la semana, el violador falleció y García, condenada por su hoguera, acabó en la cárcel. Ahora está en libertad tras haber pedido, hace ya unos meses, el indulto al Ministerio de Justicia, que se lo denegó. De nuevo ahora, una solicitud firmada por miles de ciudadanos le pide al Ministerio de Justicia el indulto para esta mujer. Mientras el ministerio decide, la Audiencia de Alicante ha suspendido el regreso de esta madre a la cárcel. El Gobierno de turno -ya sea del PP o del PSOE- se saca de la chistera -eso sí, injustamente legal- cerca de 500 indultos anuales que otorga a sus amigos condenados por casi todos los delitos que están en el Código Penal, desde el asesinato al tráfico de drogas -que se lleva la palma de indultos- y a la corrupción bancaria. Los indultados siempre tienen amigos en el Gobierno. María del Carmen García, por lo visto, no tiene amigos en ese rancho. Se ha indultado a mossos d?esquadra condenados por tortura. Y el divino ministro Gallardón ¿no encuentra argumentos de justicia para indultar a esta madre?