Sinrazón

Arturo Maneiro
Arturo Maneiro EL VENTANAL

OPINIÓN

09 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El motivo de esta sinrazón ya se ha comentado otras veces pero la sinrazón continúa, la sinrazón no cesa, al contrario, aparece renovada. La grave situación de los preferentistas engañados continúa siendo utilizada por los partidos de la oposición como un ariete contra la Xunta. No parecen interesados en solucionar el problema de los engañados. Da la impresión de que intentan que cada vez sea más fuerte su ira y más compacto el ariete en sus manos.

Esta sinrazón es la reacción propia de quien ha cometido una falta y necesita encontrar un chivo expiatorio. Quien actúa de esta forma solo quiere justificar sus errores. Los partidos del bipartito entre 2005 y 2009 -todos los que ahora están en la oposición, excepto EU-, miraban para otro lado justo cuando las entidades estaban engañando con las preferentes. O no se enteraron, o no tuvieron capacidad suficiente para controlar el proceso, o estaban deslumbrados por el poder de esas entidades, o les parecía bien lo que hacían, pero todo sucedió cuando ellos tenían el poder. El Bloque y el PSdeG controlaban la Administración autonómica y la local o provincial en A Coruña y Vigo.

La sinrazón está en que se presentan ahora ante los preferentistas como si ellos no fuesen responsables de nada. La sinrazón aumenta cuando aseguran que la culpable es la Xunta actual. De esta forma, los ya sufridos preferentistas son triplemente engañados: primero, porque cuando eran responsables de la Xunta no hicieron nada por evitar este proceso; después, por decirles que la culpa la tienen otros; y finalmente, al engañarles con la afirmación de que Feijoo no hace nada, cuando el presidente de la Xunta es el único que está tratando de restablecer, de verdad, la devolución de los ahorros, y la está consiguiendo, cosa que todavía parece irritar más a la oposición. Creo que la dignidad de los preferentistas merece más respeto por parte de la oposición, ya que parte de ellos sí tuvieron alguna responsabilidad en no enterarse debidamente del engaño financiero. Es necesario restablecer la razón en este dramático problema