Cartas a Galdós de Pardo Bazán

Ramón Irigoyen
Ramón Irigoyen AL DÍA

OPINIÓN

19 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La lectura de Miquiño mío. Cartas a Galdós, de Emilia Pardo Bazán, genera una enorme simpatía por esta mujer que se casó a los 17 años, que tuvo tres hijos, que en torno a los 30 años se separó de su marido y que viajó por Europa y hablaba seis lenguas. Tras su separación matrimonial, vivió para la literatura. Fue pionera en la defensa del feminismo. Y fue amiga y también amante de Benito Pérez Galdós, con quien mantuvo una ardiente correspondencia epistolar que ahora ha publicado Turner. La excelente edición es de Isabel Parreño y Juan Manuel Hernández. Emilia Pardo Bazán nació en A Coruña en 1851. Su novela Los pazos de Ulloa obtuvo un éxito rotundo. De clase acomodada, tuvo una intensa vida social en las ciudades en las que vivió, incluida París, donde conoció a los naturalistas. Su sueño era entrar en la Real Academia Española, una institución para la que tenía méritos para haber sido elegida. Pero la docta casa por aquellas fechas era alérgica a admitir a las mujeres y, de hecho, unos años antes de no admitir a Pardo Bazán, también había cerrado sus puertas a otra gran escritora, la cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda. Miquiño mío reúne 92 cartas apasionantes. ¿Y las cartas de Galdós? Galdós también le escribía cartas ardientes a Pardo Bazán. Pero, como viejo zorro que era, le pidió a Pardo Bazán que se las devolviera. Y ella, que tenía un corazón de oro gallego, se las devolvió. Y Galdós, probablemente, les aplicó a sus cartas una duchita de fuego.