Bárcenas puso en manos del juez el pasado 15 de julio un material explosivo para documentar la existencia de una caja B, la financiación irregular del PP y el pago de dinero negro a sus dirigentes. La línea de defensa de Rajoy ha sido negarlo todo, «salvo algunas cosas», como dijo cuando se publicaron los famosos papeles. Pero esas «cosas» van aumentando con el paso del tiempo. Ayer fue el exgerente Cristóbal Páez quien reconoció ante Pablo Ruz haber cobrado en metálico del PP, como en su día hicieron otros perceptores. Además, los ex secretarios generales Cascos y Arenas admitieron la ausencia de control en las donaciones al partido, el meollo de la cuestión. ¿Quiénes dieron dinero y a cambio de qué? Tanto uno como otro sufrieron ayer ataques de amnesia y se escudaron en contestar con un «no recuerdo» cuando el juez y los abogados les preguntaban por cuestiones concretas. Y desviaron cualquier responsabilidad sobre las cuentas al tesorero, lo que resulta sorprendente ya que ellos eran los responsables de supervisar lo que hacía. Tras las declaraciones de ayer la conclusión es que el PP sigue sin dar explicaciones verosímiles. Y los apuntes de Bárcenas sí lo son.