En una sociedad en la que los grandes valores son la juventud y el dinero, cumplir años juega en contra. Es lo que estarán pensando los más de 200 médicos a los que el Sergas obligó a abandonar la sanidad pública a los 65 años sin darles alternativa.
Con esta decisión pierden los pacientes. En la medicina, los años son vitales porque aportan conocimientos y experiencia, que no se pueden obtener ni en facultades ni en libros, y que son los que acaban moldeando a los grandes profesionales.
Las que ganan, por contra, son las arcas públicas, porque no se cubren muchas de esas plazas y no tienen que pagar los honorarios de médicos veteranos. Incluso es posible que las listas de espera se desatasquen cuando los pacientes opten por buscar en la sanidad privada al médico de prestigio expulsado de la pública.