A Galicia no la borran del mapa

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez ESTADO BETA

OPINIÓN

19 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Quisieron hacerlo otra vez, pero no pudieron. Novagalicia Banco seguirá vivo después de que ayer se adjudicase en subasta pública al grupo venezolano Banesco, que ya es dueño del Banco Etcheverría. Era una de las dos opciones que manejaba el equipo capitaneado por José María Castellano y César González-Bueno para que NCG siguiese su proyecto en solitario y no acabase fagocitada por un gran banco nacional. La otra era la capitaneada por los fondos Guggenheim y JC Flowers-Oak Tree.

El FROB cerró ayer la primera subasta que hizo de una entidad financiera española. El resto de adjudicaciones fueron a dedo y casi todas ellas por un euro. Esa situación favoreció a Banesco, quien puso sobre la mesa los mil millones que pidió el ministro De Guindos y los ofreció. Sin esquemas de protección de activos, sin garantías. El resto de la banca nacional, acostumbrada a pagar calderilla, no llegó a superar los 700 millones de euros.

La de Banesco es una operación vital para el tejido económico de Galicia, donde el banco genera el 12 % del PIB, produce el 6 % de la I+D+i y financia el 36 % de las operaciones de crédito. La plantilla no volverá a ser diezmada (hace dos años tenía 7.700 empleados y hoy cuenta con 4.447) a través de despidos o traslados de «o sí o sí».

La gallega evitó formar parte de esas nueve comunidades autónomas que han perdido sus entidades financieras. El ahorro allí captado pasó a ser gestionado en Madrid y en Barcelona, donde hoy por hoy se concede el 46 % del crédito a las empresas y a las familias. A Galicia no es tan fácil borrarla del mapa del sistema financiero español, aunque algunos lleven intentándolo desde hace más de cinco años.

Los actores que han escrito esta página económica de la historia de Galicia llevan nombres de los 4.447 empleados que todavía continúan y de los que ya se han marchado. De Castellano y González-Bueno y también, por qué no reconocérselo, de José Luis Méndez (tuvo altura de miras suficiente como para caer en la tentación de dirigir a Caixa Galicia a la fusión con Caja Madrid). Y de Javier García de Paredes (el impulsor de la fusión de Caixa Galicia y Caixanova), y de la exconselleira Marta Fernández Currás, y del presidente Núñez Feijoo, y de tantos otros que creyeron en un proyecto.