Galicia es la luna, pero menguante. La población empadronada en esta comunidad cayó en unas 15.500 personas el año pasado. Se borraron más de 40 al día. Los nacimientos, las muertes... Todas las estadísticas demográficas restan ciudadanos y multiplican el pesimismo. ¿Volverán los que se están marchando, aquellos que se caen por la brecha de la crisis? Si se encuentran con los mismos alicientes que los emigrantes retornados de ahora quizás elijan quedarse en un paraíso fiscal.
Desfile de gerentes
Son inescrutables los caminos del Xacobeo. Al menos los de la entidad que se ocupa de las peregrinas arterias. El organismo vuelve a cambiar de gerente. La austeridad provoca que ciertos sillones sean menos mullidos que antes. Si regresaran los tiempos de los grandes fastos seguramente habría menos bailes y más novias.
Andalucía y más allá
Lo del independentismo se está yendo de las manos. Ahora, Andalucía no es España. Al menos según Sánchez Gordillo. Muchos de los que desde Galicia jalean las proclamas lanzadas desde Escocia, Cataluña o el País Vasco llegan a enfadarse por esta impetuosidad andaluza. No hace gracia. Porque en el nacionalismo también hay clases.