Un paso más hacia la excelencia musical

Carlos Negreira FIRMA INVITADA

OPINIÓN

09 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

A Coruña es sin duda un referente de la música culta en Europa. Lo es por nuestra Sinfónica, por la ópera y por toda la afición que generan. Pero todos los avances que se han realizado en los últimos tiempos no hubiesen sido posibles sin la existencia de una tradición centenaria, arraigada firmemente en nuestra sociedad a través de asociaciones históricas como la Sociedad Filarmónica, la Asociación de Amigos de la Ópera y numerosas corales, entre las que se encuentra la más antigua del país, El Eco.

Si importante es reconocer las grandes gestas del pasado, no lo es menos mirar al futuro para afrontar nuevos retos, y apostar por renovadas iniciativas que sigan permitiendo a nuestra ciudad seguir siendo líder cultural en el siglo XXI. Para ello es fundamental que desde el Consorcio para la Promoción de la Música (financiado por el Ayuntamiento, la Diputación y la Xunta) se priorice la colaboración con todas las entidades culturales de Galicia y se sigan ampliando las actividades destinadas a los más jóvenes. Así, desde hace dos temporadas, la OSG participa activamente en la temporada de cámara de la Sociedad Filarmónica de A Coruña, ha ampliado los conciertos en Ferrol gracias a la colaboración de la Sociedad Filarmónica Ferrolana y, junto con la Real Filharmonía, participa en un nuevo y ambicioso ciclo sinfónico en Vigo en colaboración con la Sociedad Filarmónica y la Fundación Novacaixagalicia. Además, el programa SonFuturo, con las agrupaciones juveniles de la Sinfónica, y el nuevo proyecto social ReSuena, con el que estamos construyendo cultura en el barrio de Monte Alto, ya trascienden el ámbito musical, generando un impacto social y educativo sin parangón.

Pero si en algo hemos redoblado el esfuerzo es en la optimización de los recursos necesarios para articular las actividades líricas en nuestra ciudad. Es indudable que el Festival Mozart supuso en su día un impulso importantísimo, pero si queremos volver a recuperar el espíritu sobre el cual se cimentó, debemos hacerlo desde una óptica adaptada a los tiempos actuales. No son motivos económicos los que guían esta decisión, sino de operatividad, eficiencia y sentido común. Como canta Jorge Drexler, «nada se pierde, todo se transforma»: estamos articulando una nueva temporada lírica, que será más prolongada en el tiempo que la que había. Y, atendiendo a una demanda ciudadana, lo estamos haciendo de la mano de Amigos de la Ópera, trabajando de forma conjunta y no por separado como se venía haciendo hasta ahora. Sumando esfuerzos para que la oferta de ópera se incremente y se convierta en un imán turístico de A Coruña. Nada se pierde, ni siquiera los grandes artistas que concurrían al festival, que ahora tendrán cobijo en la temporada de la OSG.

Estoy convencido de que cuando antes del verano se presente la nueva temporada lírica, los coruñeses comprobarán que se ha dado un importante paso para enriquecer aún más nuestra dilatada y exitosa herencia musical. Un paso más hacia la excelencia.

Carlos Negreira es alcalde de A Coruña.