Si en el plazo de 10 años han sido asesinadas en España a manos de sus parejas o exparejas 700 mujeres, ¿cuántas mujeres han sufrido malos tratos físicos y psicológicos en nuestro país, sin haber llegado al asesinato, en la última década? A estos datos hay que sumar los asesinatos de varones perpetrados por sus parejas o exparejas.
Una encuesta encargada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad revela que España ha avanzado mucho en el rechazo de la violencia física, pero también indica que todavía hay casi un 10% de personas que no rechazan la violencia verbal. Con decir que, al menos, hasta hace cuatro días -no sé si últimamente lo han enmendado- la violencia de género no la ha tenido clara ni siquiera el Diccionario de la Real Academia Española, que respecto al género solo sabía aquello que sentenció la gramática tradicional -el célebre trío de masculino, femenino y neutro-, está dicho todo.
Es también violencia de género la hoy llamada violencia de control -de horarios, de forma de vestir, de amistades-, que toleran erróneamente el 32 % de los hombres y el 29 % de las mujeres; una violencia de género a la que hay que sumar la humillante desvalorización, las amenazas verbales y los gritos que tanta alteración generan. Hay una diferencia entre las mujeres del norte y del sur de Europa. Las mujeres del norte de Europa tienen mayor conciencia de los malos tratos. Las mujeres del sur de Europa, con frecuencia, ni siquiera se han enterado de que son maltratadas.