Una de las palabras incorporadas a la última edición del diccionario de la Academia que han causado más revuelo es amigovio, que aquel define como «persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo». Pertenece al habla coloquial y se emplea en Argentina, México, Paraguay y Uruguay. Ya estaba en el Diccionario de americanismos, también con una definición insuficiente para conocer el alcance de la relación. Aunque quizá deba ser así para abarcar rollos y rolletes de distinta naturaleza, que unas veces incluyen sexo y otras no. Dio nombre a una telenovela argentina, Amigovios, de la que se emitieron 248 episodios.
Quienes desde España critican en las redes sociales esta fusión de amigo y novio parecen ignorar que el Diccionario lo recoge solo como un americanismo sin uso por aquí. Muchos de esos críticos proponen como alternativa el españolísimo follamigo, obviando su carácter vulgar, que desaconseja su empleo cuando tomamos el té con las amigas de mamá y en otras situaciones en las que están presentes personas de educación refinada.
Para salvar esos inconvenientes han ido surgiendo expresiones denominativas que tratan de describir el fenómeno mediante eufemismos. Las principales son del grupo de los amigos con derechos. Las más usada de ellas a este lado del Atlántico es amigos con derecho a roce. La relación afectiva entre ellos es la propia de la amistad, pero se completa con el acceso carnal. Es una relación informal, sin un compromiso tan firme como el del noviazgo y ya no digamos el matrimonio. Se llaman también amigos con privilegios, expresión que ha dado título a canciones como la del cantante y letrista de rap y reguetón puertorriqueño Ñengo Flow: Amigos con privilegios somos / matamos las ganas cuando estamos solos / ella me llama porque siempre la resuelvo / me dice que soy un enfermo.
La variante amigos con beneficios está documentada ya en decenas de libros. Su versión inglesa, friends with benefits, dio título en el cine a una comedia romántica protagonizada por Mila Kunis y Justin Timberlake. En España se estrenó con el título Con derecho a roce. Otra variante, esta muy de Chile, es amigos con ventaja, «una relación que se define por la libertad y donde lo único que está garantizado es el sexo», en palabras de la psicóloga de aquel país Patricia Collyer, autora de Amores inconfesables.
¿Y los noviazgos como aquel que ensalzaban Los Hapiness cantando «Amo a Laura, pero esperaré hasta el matrimonio»? Esos quedan para otro día.