Juan Diego es Ricardo III

César Casal González
César Casal C CORAZONADAS

OPINIÓN

23 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Si tienes una voz de volcán como Juan Diego, a pesar de llegar a la estación de Atocha de Madrid con una maleta de cartón como todo equipaje hace décadas, triunfas. Cuentan las crónicas que así llegó el actor a la capital. Esta semana terminará de representar Ricardo III. Un personaje excesivo para un actor excesivo. Poco peso y mucho talento. Lleno una noche sí y otra también. Como si Juan Diego se vistiese de blanco y saltase al Bernabéu, en vez de sobre las tablas. Pero es que Juan Diego está en esa edad, los 72, en la que hay que verlo. Y más si se pone los ropajes de un trabajado Ricardo III. Demasiado caviar junto como para obviar la bandeja. Juan Diego es persona opinadora. Y que no oculta sus desvelos por salir de esta España que se está poniendo de un color zafio. Las barbaridades de Shakespeare, como siempre con los clásicos, parecen apuntes de nuestros días. No sabe Juan Diego en qué quedará Podemos, pero dice que es sana su mirada limpia sobre tanto barro. Disfrutar de Juan Diego como rey enlodado en sangre es un placer de los que quedan. En el teatro sucede un poco como con los medios de Madrid. Primero se estrena en la capital y luego, si hay suerte, se gira por provincias. Y es que los medios de Madrid son de ombligo. Siguen creyendo que las provincias es algo que está para girar las obras, para ir en verano a la playa o en invierno a las estaciones de esquí y para comer mariscadas. Ojalá llegue Juan Diego con su Ricardo III brutal a Galicia, tan pariente como es actor, rey y escritor de nuestro Valle-Inclán y sus reyertas a corazón abierto.