El panorama estratégico mundial requiere ser observado con amplitud de miras, para ver los cambios que se producen y sus tendencias. Así, nos preguntamos: ¿Qué pasa? Y: ¿A dónde vamos? Son las claves de mi reflexión personal.
¿Qué pasa?: Pasa que cada vez somos más, con un crecimiento de población acelerado, especialmente en las naciones menos desarrolladas, y ello produce movimientos migratorios, norte-sur y este?oeste, en todos los continentes, sea por el Mediterráneo, la frontera México-EEUU o en Europa del Este al Oeste. Los avances de la comunicación hacen que los seres humanos vivan desde lejos acontecimientos como la caída del avión de Malasia, las guerras de Oriente Medio o las decisiones que toma la OPEP sobre el petróleo. Así, las fronteras físicas tienen poco valor y las riquezas de los países desarrollados se ofrecen como premio a los desventurados que llegan de lejanas tierras con hambre y miseria. Vamos hacia un mundo global sin fronteras.
Pasa, que así el mundo global es más inseguro, porque aparecen fuerzas que no están de acuerdo con el orden establecido y quieren cambiarlo. El orden político, económico y social en el mundo, a nivel de naciones y grupos sociopolíticos, van a intentar ser cambiados por otros desconocidos. De este modo podemos observar los movimientos jóvenes antisistemas que están apareciendo en Europa, EE. UU., y aun en China o Rusia, pero también movimientos económicos, como el del precio del petróleo o sociales, como la revolución de los pueblos árabes. Todos ellos forman el cuadro de lo que va ser un mundo global.