Monederito

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

03 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Querido amigo Pablito, quiero decir, Pablo, me voy pero te juro que mañana volveré. Es lo que le ha escrito Juan Carlos Che Monedero a su amigo del alma. Aunque sobre eso el español está lleno de refranes que no voy a citar aquí para no disgustar a don Quijote, que, como saben, los detestaba. Me limitaré a aquello de que Dios te guarde de tus amigos, etcétera, etcétera. Parece que a este Che, como al otro, le ha llegado el momento de partir hacia Bolivia. Yo, por si acaso, estoy encargándome una camiseta de Monedero con boina. Lo que verdaderamente ha afectado a Pablo Iglesias no es la marcha de Monedero, ni sus críticas a la pérdida de la esencia popular del grupo del Gramma, la motora destartalada que se venera en La Habana, como aquí el brazo incorrupto de santa Teresa, sino el maquiavélico y pensadísimo diminutivo. A Pablo Iglesias, que trabaja en el Ministerio del Tiempo y anda por el siglo XIX fundando el PSOE, no le van a servir de nada los homenajes. A Pablo, Monedero lo ha puesto en su lugar con una sola palabra: Pablito.

Todos le debemos mucho a Podemos. No cabe duda de que en este país ha habido un cambio entre los gobernantes y también entre los gobernados. En el aire flota el olor a la sangre de la Revolución francesa y Monedero quiere ser Marat, mientras que Pablito, perdón, Pablo, se prepara para hacer el papel de Robespierre. Nuestros políticos ahora, cuando se afeitan, se miran el cuello con aprensión; incluso a los que no se afeitan -Rajoy, las mujeres- les cuesta tragar. Glup.