El centro se sigue vaciando

Andrés Precedo Ledo CRÓNICAS DEL TERRITORIO

OPINIÓN

08 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los cambios de posicionamiento del voto y de las negociaciones de los partidos políticos están dibujando una nueva geografía electoral. Una modificación que resulta más notable si retrocedemos al inicio de la transición democrática. Entonces, el voto se concentraba en el centro; los partidos estaban en general compuestos por personas ilusionadas en hacer una sociedad mejor y aportaban para ello sus mejores candidatos. Hoy el panorama es distinto o igual, según como se mire. Como ayer, vuelve la ilusión por un cambio social que rompa las alianzas de poder establecidas y recupere el bienestar para los más desfavorecidos. A ello dedican también sus mejores activos, tan inexpertos en política como los de entonces, pero mucho más jóvenes la mayoría.

Lo que resulta totalmente diferente es el posicionamiento de los partidos. Eliminados UPyD y ya casi IU, queda en el tintero el futuro de un PSOE que, girando cada vez más a la izquierda, abandona su nicho tradicional de la socialdemocracia en una sociedad que mayoritariamente se identifica con el modelo socialdemócrata. El Partido Popular, inclinado peligrosamente al neoliberalismo y a la tecnocracia, abandonó la sensibilidad social y se evade hacia un pragmatismo sesgado cada vez más a la derecha. Consecuencia: el centro-derecha y el centro-izquierda están quedando sin otro referente que no sea el partido de Albert Rivera, pero no sé si de aquí a noviembre será capaz de capitalizar ese amplio espacio vacante.

Claro que también está por ver qué resultados aportará a los socialistas su colaboracionismo con Podemos, y, asimismo, qué valoración tendrá dentro de unos meses la gestión de los partidos y formaciones populistas. Todos ellos tienen delante un escenario incierto para una geografía política que se refleja una vez más las consecuencias de una crisis que es total: ética (corrupción), política (la casta del poder ), económica (desigualdades crecientes) y social (empobrecimiento). Indudablemente, el mapa resultante no será el mismo que aquel donde con dos colores se cubría la mayor parte del territorio. Dentro de seis meses ya podremos ver el mapa dibujado.