Con el superior permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide, esta tarde se celebrará una corrida de toros, o lo que sea, en la localidad de Triacastela. El espectáculo, o lo que sea, ha ido a parar a esta villa del interior de la provincia de Lugo porque su vecina Sarria lo rechazó. Un acto de solidaridad con la gigantesca y desmedida afición taurina de la comarca que no merece quedarse sin un espectáculo tan cautivador y fascinante.
Triacastela cuenta con una larguísima tradición taurina, como toda la provincia de Lugo y Galicia. No porque en su territorio esté enclavada la cueva Eirós, en la que nos están descubriendo lo que fuimos hace 35.000 años; que podría ser. La tradición le viene por el peregrinar, por el Camino francés que la atraviesa de paso a Compostela, del diestro Ortega Cano, antes de viajar a la prisión de Zuera; del zamorano Lorenzo Fernández y de Roman Karpujin, más conocido, es un decir, por el nombre artístico de Finito de Moscú. Sin muletas ni estoques, claro; pero pasaron por allí y eso marca muchísimo y además crea una gran afición. De ahí le viene sin duda la tradición de estas tierras que ha llevado a la alcaldesa torera, doña Olga, a ofrecer su territorio para acoger la corrida de hoy, o lo que sea, que se llevará a cabo con permiso de la autoridad competente y si el tiempo lo permite, pero contra la opinión mayoritaria de los vecinos y de establecimientos públicos que no dudaron en sumarse a la campaña en su contra. Pero es que la disciplina del toreo está siendo muy apreciada por dirigentes políticos que utilizan con frecuencia el arte de las estocadas
La decisión de acoger lo que Sarria rechaza se debe a que doña Olga, en un desmesurado pero elogiable intento por promocionar y difundir la zona, ha optado por divulgar aquello en lo que ella parece ser especialista: la tauromaquia. Con el mismo rigor, doña Olga podría haber promocionado el percebe con denominación de origen de Triacastela o celebrar el festival del cante por soleás. Pero optó por los toros. Y lo que son los toros no los va a promocionar mucho, pero ella va a ser muy conocida, porque media España está revolcándose con su ingeniosa ocurrencia.