Xente do común

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

09 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Circula estos días por la Red el caso de Gerod Roth, un americano del estado sureño de Georgia que perdió su empleo después de una pretendida broma racista en su Facebook. El hombre, empleado de una empresa de márketing de Atlanta, colgó en su perfil un selfie acompañado de un niño negro sobre el que sus amigos descargaron una batería de estupideces identificando al crío como un joven esclavo y frivolizaron sobre uno de los episodios más abyectos de la historia de aquel país.

No es el diablo quien carga las redes sociales. Las carga la estulticia de quienes dejan escritos comentarios que revelan talantes que los inhabilitan para según qué funciones quieran desempeñar en la sociedad. Como trabajar para una compañía de márketing en uno de los estados más castigados por la lacra de la esclavitud y donde el 30 % de la población es negra. O quizás para ser concejal de Cultura en Madrid después de hacer chistes de pésimo gusto (aunque fuera antes de ser elegido) sobre el holocausto judío o las víctimas del terrorismo. O para formar parte del nuevo equipo de Gobierno de Santiago tras sembrar las redes de expresiones ofensivas, homófobas, agresivas y sexistas para bromear con no se sabe qué.

Pero no. Ni el madrileño dejó su puesto ni el compostelano es siquiera reprendido. Porque son «xente do común» a la que, vino a decir el alcalde Noriega, no se les pueden exigir ahora responsabilidades, so pena de atentar contra la libertad de expresión, ni la ponderación y la cordura que por los comentarios hechos antes de ocupar cargos públicos se ve que les faltan para ejercerlos. El ciudadano Roth -tal vez por americano y racista carece de la condición de xente do común- se fue a la calle con sus sandeces.