El fracaso del «black sunday» fiscal

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

OPINIÓN

21 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No creo que deban gobernarnos las gozosas rebajas fiscales prometidas por unas candidaturas (PP y Ciudadanos) frente a los incrementos reclamados por otras (PSOE, Podemos, Unidad Popular). Porque ni han ganado en votos ni, a pesar de la actual ley electoral, van a poder reunir más apoyos parlamentarios.

El bloque de las rebajas ha sumado esta vez un 42,5 % de apoyos, frente al casi 45 % conseguido en solitario por el PP en el 2011. Prometiendo lo mismo: bajar impuestos. La novedad es que Ciudadanos actuó de vaso comunicante. Mucho de lo que pierde el PP por sus escándalos lo recogen ellos. Con la misma promesa: aumentaremos ligeramente lo recaudado ingresando menos de cada uno de los actuales contribuyentes, porque pagarán muchos más. Con eso, más una reducción del gasto público entre el 4 al 6 % del PIB, cumpliremos con nuestras obligaciones con la troika.

Frente a esta irresistible oferta para el black sunday fiscal, el segundo bloque plantea renegociar con la troika el calendario de déficit y recuperar la financiación de los servicios públicos básicos (sanidad, dependencia, desempleo, educación). Aumentar los ingresos recaudando más de los que más tienen. Podemos recogió a muchos defraudados pero también a perdedores de la crisis que estaban fuera del sistema. Para pasar así del casi 36 % que cosecharon el PSOE e IU en el 2011, al 46,5 % actual con Podemos.

Los resultados de la jornada electoral -nuestro back sunday fiscal- ponen de manifiesto la mayor progresión y respaldo electoral del segundo bloque (muy sensibilizado por el aumento de la desigualdad social y el deterioro de los servicios públicos), singularmente en la España más joven y urbana. Y es así que, a pesar del peso que da una obsoleta ley electoral a los votos del primer bloque (el PP, con apenas un 8 % más de votos que Podemos obtiene un 40 % más de diputados), el resultado los deja empatados en apoyos parlamentarios directos.

Las elecciones nos dejan una mayoría social, y una potencial mayoría parlamentaria que, a no ser por incapacidad o por sectarismo interno de sus líderes (por no hablar de maniobras y transfuguismo), debiera concretarse en una propuesta de Gobierno alternativo al del primer bloque (PP y Ciudadanos).

Serán muchas las presiones internas y externas -como acaba de suceder en la vecina Portugal- que se desplegarán para desacreditar una tal propuesta. No concretarla ante el Congreso de los Diputados defraudaría el rechazo mayoritario al black sunday de rebajas fiscales y de servicios públicos que anotaron las urnas.