Revancha natural

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

01 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A principios de los años ochenta el alcalde de un pequeño municipio costero, bien situado entre dos de las grandes urbes de Galicia, tenía todas sus ilusiones puestas en hacer de su pueblo una especie de paraíso del veraneo. Para ello no había más que rellenar unos cuantos miles de metros cuadrados de una marisma -para él un espacio insalubre que no le daba de comer a sus votantes- al pie de la hermosa playa. Aquel proyecto, después de batallas políticas y judiciales, se quedó en el cajón y no se sumó a la larga lista de intervenciones que han ido destrozando Galicia. Y que, en bastantes ocasiones, supusieron un desafío a la fuerza de una naturaleza que acaba por tomarse su revancha.

Una mezcla de avaricia, ignorancia e ineptitud por parte de promotores, propietarios, vecinos y políticos desdibujó de modo lacerante el medio natural de Galicia, nuestro gran recurso (también) económico. Los desmanes de décadas pasadas se fueron frenando con planeamientos urbanos municipales y legislaciones de protección de la costa y de otros espacios naturales. Pero Galicia no ha logrado dotarse de una Lei do Solo resultado del consenso y que garantice un plazo largo para consolidar la aplicación de la normativa. La ley aprobada en febrero pasado nació, después de más de una década de trámites, tocada: en cuanto haya un cambio de gobierno será modificada.

Las inundaciones que estos días han ahogado a muchos vecinos de localidades como Sada tienen parte de su explicación en esa desdicha urbanística. La laxitud en la ordenación del territorio ha permitido levantar barrios enteros sobre ríos y zonas húmedas. De vez en cuando la naturaleza reclama su espacio.