El abrazo de Julio Anguita y Pablo Iglesias

Jorge del Corral
Jorge del Corral LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

10 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Es posible que el cuadro de Juan Genovés El abrazo, instalado en el Congreso de los Diputados como pintura icónica de la Transición, sea sustituido por el que se dieron en Córdoba Julio Anguita González (74 años) y Pablo Iglesias Turrión (37) cuando Podemos llegó al acuerdo con IU para ir en coalición y de paso fagocitar al segundo y unir las fuerzas comunistas para pasar al PSOE y alcanzar el poder en el Estado. Eso sí que ha sido un abrazo público entrañable, fraternal, totalizador; abarcador de todos los sentimientos y epílogo de todos los esfuerzos y sinsabores, de todos los anhelos alcanzados. Si Antonio Gala lo ha visto habrá recordado su frase sobre el abrazo, que para este caso resulta premonitoria: Que ningún juez declare mi inocencia porque en este proceso a largo plazo buscaré solo la sentencia a cadena perpetua de tu abrazo.

El viejo león de Fuengirola, califa rojo de Córdoba, exalcalde de la ciudad en la que nacieron Séneca, Averroes y Maimónides, exsecretario general del PCE y excoordinador general de IU, se ha salido con la suya, después de muñir el pacto moviendo con tesón los hilos para colmar sus sueños: el joven Alberto Garzón. Su teoría de las dos orillas: de un lado el PP y el PSOE; de otro IU y el sorpasso de esta como fuerza hegemónica de la izquierda en España, está más próxima. Anguita ha rejuvenecido.

Desde su retirada oficial de la política (finales de 1999) ha sido como el Guadiana: aparecer en diferentes actos y desaparecer después, pero siempre con aspiraciones de «programa-programa-programa» y objetivos ideológicos de izquierda, entre los que se encuentran un estado republicano y federal, el derecho de autodeterminación de los pueblos, en el que incluye la inexistente y falsa prerrogativa a decidir de todas las regiones de España (¡como si fuesen territorios a descolonizar!), una economía planificada con banca nacionalizada, control de los medios de comunicación y de los medios de producción, y fuera del euro y de la UE.

Sus principios siguen siendo los que demandó a los militantes comunistas durante el XV Congreso del PCE: que reivindicasen los preceptos de anticapitalismo, antisistema y lucha por una sociedad igualitaria (por abajo, claro). Fundador del Frente Cívico Somos Mayoría y miembro del Colectivo Prometeo, el renacido recorre los medios de comunicación explicando su verdad y sus objetivos con la misma labia didáctica que cuando tenía 30 años. Hay que reconocer que la vitalidad de este hijo de militar y maestro de escuela continúa incólume a los 74 años, y su verbo y perseverancia tan fuerte como su coherencia. El abrazo ha certificado que Iglesias quiere lo mismo que Anguita: una España comunista y republicana. Ya lo sabemos y quizás por eso por la cabeza de algún podemita anida la idea de devolver a los sótanos del Museo Reina Sofía la pintura de Genovés, donde pasó olvidada 30 años, para sustituirla por este otro achuchón más realista, más mediático, más acorde con los tiempos de los nuevos Beria de las redes sociales y la manipulación de la realidad. Sería la culminación de sus sueños y el símbolo de su poder omnímodo, aunque aún no pase de quimera.