Que empiecen de una vez, que hay mucho que hacer y todo está igual que antes del 26-J. Parece un gran cambio, por lo sorprendente, pero la realidad es que las urnas apenas devolvieron al PP un puñado del más de medio centenar de escaños que le habían quitado en diciembre. Lo único claro es que la iniciativa le corresponde al ganador de las elecciones con mucha más claridad que en la ocasión anterior.
Es cierto que el triunfador ya ha dado a entender que esta vez sí aceptará la propuesta de acudir a la investidura y que ha hecho algún tímido movimiento.
Pero, tras seis meses perdidos y con muchos problemas por delante, no basta con meros movimientos tácticos del primero ni del que sigue siendo segundo pese a las encuestas. Y no resulta alentador ver a los derrotados concentrados en buscar culpables y mover la silla a unos líderes cuestionados.
La hucha de las pensiones está casi vacía, la UE sigue amenazando con la multa por el déficit aunque se hable de aplazamiento, y el paro cae pero el empleo que se crea sigue siendo mayoritariamente temporal y precario.
Los jóvenes siguen esperando soluciones para no tener que irse a buscarse el futuro fuera. Los que se fueron esperan alguna oportunidad para regresar. Los parados, algo más que un empleo que no les saque de la pobreza. Los jubilados temen por sus pensiones.
Todo está igual o peor que antes del 26 de junio.
La negociación va a ser larga, dura y difícil. Razón de más para dejarse de manifestaciones vacías de contenido real.
Empiecen a trabajar en serio de una vez. Y con la transparencia que siempre prometen y tantas veces olvidan.