A Homs se le funden los plomos

OPINIÓN

14 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Quedó visto para sentencia el juicio celebrado en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña contra Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, por desobedecer al Tribunal Constitucional, que anuló la consulta independentista del 9 de noviembre del 2014.

En él ha declarado como testigo Francesc Homs i Molist, abogado de poco lustre, guardián pretoriano de Mas y hombre fuerte que fue en el Gobierno de este último en la Generalitat catalana, que será juzgado por estos mismos hechos el 27 de febrero, y cuya sentencia será previa a la de Mas, Ortega y Rigau para evitar discordancias entre ambas.

Homs debe de creer que su estirpe arraiga con la del físico alemán Georg Simon Ohm, autor de la ley de su mismo nombre. Según este principio, un dispositivo tiene una resistencia eléctrica de un ohmio si una tensión de un voltio produce una corriente de un amperio. Porque ha bastado que el Supremo le siente en el banquillo para que al portavoz pedecato (del PDECat) en el Grupo Mixto del Congreso se le hayan fundido los plomos sin posibilidad de restablecer la corriente. La tensión que le han aplicado ha sido superior a un voltio y todo su dispositivo ha saltado por los aires.

Como buen pretorial y en un nuevo intento fallido por hacer mártires de la causa, acompañó en procesión por calles de Barcelona a Mas, Ortega y Rigau hasta las puertas del tribunal, donde los tres últimos han rendido cuentas ante la Justicia democrática, esa que se pasan por la entrepierna. Es lo mismo que hará Homs el 27, bajo la acusación de prevaricación y desobediencia grave. Y en esta ocasión no podrá evitar que lo juzgue el Supremo, aunque dimita como diputado y pierda el aforamiento, que es lo que creyó en un principio que podía hacer para alargar el caso unos años más, ganar tiempo y esperar acontecimientos, que es la estrategia de todos estos valientes y falsos redentores, bien engordados con el pienso independentista mientras adelgazan el bolsillo del contribuyente, sin ocuparse de la sanidad y la educación porque, como ha declarado Carles Puigdemont, «mi objetivo prioritario es la independencia».

Carente de luz propia y siempre a la sombra del caído Oriol Pujol, la situación política de Homs es insostenible, hasta el punto de que en la actual dirección del PDECat lo consideran «totalmente amortizado». Es lo que tiene el procés, que devora a sus hijos como Saturno a los suyos. Y como entre los secesionistas nadie se fía de nadie y todos se vigilan por si hay desviacionismo, el encargado de no perder de vista a Homs en el Congreso es Carles Campuzano, fervoroso soberanista con mejores relaciones con la cúpula actual. Él será su sustituto en la Cámara baja cuando lo inhabiliten y llegue la orden. Una orden que nadie sabe de quién emanará porque, por no tener, no tienen aún ni candidato a la Generalitat. Para qué, si el ganador, como ha pronosticado Jordi Pujol, será Oriol Junqueras, con Ada Colau pisándole la barretina.