El patriota Iglesias y los «indepes» gallegos

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

OPINIÓN

Alejandro García | EFE

13 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Viva Cataluña libre y soberana». Pablo Iglesias se mostró tan enardecido en la Diada como un independentista más. Eso sí, desde su españolidad: «Como español y orgulloso de serlo, digo Visca Catalunya lliure i sobirana». Un disparate más en su carrera política. 

Pocas cosas son más extrañas que pretender gobernar España al tiempo que se destroza uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta un Estado: su soberanía. Iglesias quiere una España plural, que recoja y acoja en sus leyes la diversidad de sus pueblos. En esto hay que suponer que existe un cierto consenso en todos los partidos democráticos. Pero lo estrambótico para quien tiene aspiraciones de gobernar el Estado y que además se ha manifestado como un patriota es su posicionamiento en la crisis catalana, donde ante el gran desafío independentista no solo lo avala sino que aplaude el pisoteo de las leyes que se produjo en el Parlament. Lógicamente, si Iglesias cree que la soberanía en Cataluña recae exclusivamente en el pueblo catalán, también creerá lo mismo en el País Vasco, en Galicia y en cualquiera de las autonomías de España, incluida la de Madrid. Es decir, España, como tal, carecería de soberanía, pasando a ser un caso único en Europa y probablemente en el mundo.

Iglesias gritó «Visca Catalunya». Y estuvo bien que le añadiera el «lliure i sobirana» porque nos ha facilitado una información valiosísima. Así, quien le vaya a votar conocerá de antemano que con él de presidente sabremos la España que se pone en sus manos, pero no la que nos devolverá. Puede haber mil formas de entender nuestro Estado, pero el caso de Iglesias es insólito, queriendo gobernar un país al que despedaza a criterio de sus territorios. No es que intente potenciar la personalidad cultural, social y jurídica de las autonomías, sino que de facto eliminará la personalidad de España, porque sin soberanía, no hay tal cosa.

En la Diada también hubo presencia gallega, con Ana Pontón y Luís Villares, como políticos más significados. En el caso de la líder del BNG no extraña a nadie su apoyo al derecho de autodeterminación catalán así como a la propia independencia, no en vano tal cosa siempre ha sido una ambición del partido nacionalista gallego. En el caso de Luís Villares y dada la complejidad ideológica de su partido y su alianza con grupos nacionalistas y otros con presencia estatal, nunca están las cosas del todo claras. Pero en Barcelona se mojó. El exmagistrado apoya el referendo ilegal y por tanto reconoce que la soberanía reside en el pueblo catalán. Y llegados a este punto, cabría preguntar a los políticos gallegos: ¿Piensan en Galicia cuando aplauden la posible independencia de Cataluña? ¿Saben de las consecuencias económicas que para los gallegos tendría? ¿Deben los partidos que dicen estar al servicio de Galicia primar independencias y autodeterminaciones que clarísimamente perjudican el bienestar de los gallegos?

Recientemente se hicieron públicas las balanzas fiscales de las comunidades. Galicia es la tercera autonomía que más dinero recibe en comparación con lo que aporta al Estado. ¿Alguien cree que la marcha de Cataluña, la segunda comunidad que más contribuye a las arcas españolas, no afectará a la economía gallega?

Pues nada. Alegría. ¡Visca Catalunya lliure i sobirana! Que luego, ya si tal...