Así se escribe la Historia

María Xosé Porteiro
María Xosé Porteiro HABITACIÓN PROPIA

OPINIÓN

Luca Piergiovanni | EFE

23 oct 2017 . Actualizado a las 08:16 h.

Aquí pasó lo que pasó es el resumen de la crisis que dio paso a una moción de censura por la cual llegó a la Xunta un gobierno tripartito presidido por el socialista Fernando González Laxe. La sentencia, del diputado popular Manuel Iglesias Corral, ha quedado fijada en las hemerotecas y en la memoria de este país como preludio de una forma de analizar, o describir, la realidad que ha encontrado en Mariano Rajoy al discípulo capaz de superar al maestro. En la crisis abierta por la pretensión independentista del gobierno catalán y la mayoría de su parlamento, ha pasado lo mismo: algo inexplicable pero evidente a un tiempo con un final anunciado por el guionista de esta cuasi producción audiovisual que se llamó «proçés» y ya comienza a llamarse Thelma y Louise a la española.

No sé si Iceta aguantará el tirón, ni si el PSOE ha pactado con el PP y Ciudadanos alguna cuota en las decisiones que haya de tomar el Senado, porque de no ser así, este acuerdo justificado por el respeto a la Constitución del 78, se convertirá en un todo por nada para el todavía primer partido de la oposición. Y sospecho que, aunque no se reconozca expresamente, la fórmula anunciada para activar el artículo 155 sirve a los dos bandos enfrentados. A los independentistas porque este paso confirma que su provocación ha producido el efecto deseado. Y a los del lado opuesto porque ven llegado el momento para convertir en himno patriótico una canción de Manolo Escobar. En los laterales los más radicales juegan a río revuelto para ganar cualquier cosa, a cualquier precio. Y en el medio, una gran mayoría de ciudadanos huérfanos de liderazgo no saben cómo escapar de este bocadillo envenenado.

En lo inmediato, con el calendario y escenario abierto que se plantea, habrá tiempo para seguir enfangados en el conflicto generado por un independentismo decimonónico -y despreocupado en su ombliguismo- por buscar respuestas a retos de aquí y ahora. Entre otros: reforzar alianzas ante las amenazas de la globalización, afrontar los cambios del mercado del trabajo ante la inminente robotización, la proliferación de guerras con armamento digital o la crisis humanitaria de los refugiados. O los de casa: el descalabro de la hucha de las pensiones vaciada para comprar deuda, el desértico futuro que ya llegó -Galicia/Asturias como muestra-, los insostenibles niveles de endeudamiento, la caída de los indicadores de crecimiento, e, incluso, en un plano que parece pequeño frente a lo anterior pero no menos significativo, el indulto a seis condenados por corrupción del PP.

Ni unas elecciones generales aclararían la confusión generada. La mecha encendida tras un patético pleno del Parlament correrá a lo largo y a lo ancho. Aquí pasó lo que pasó, sí, pero hasta llegar a entender por qué y para qué pasó, tenemos para rato.

En el medio, una gran mayoría de ciudadanos huérfanos de liderazgo no saben cómo escapar de este bocadillo envenenado