Mientras andábamos con el procés, el policía Morocho marchó al Congreso y dijo unas cosas. Él investigó la trama Gürtel y al parecer vio que el PP, que es el partido este que gobierna España, movía el dinero como en una organización criminal. Yo no sé cómo mueve el dinero una organización criminal, aunque miedo me da, pero el inspector Morocho, jefe de la Unidad de delitos económicos y financieros, dijo que ellos vieron unos cuantos indicios que aún son presuntos. En la RAE dicen que un indicio es un fenómeno que permite conocer o inferir la existencia de otro no conocido aunque también dicen que puede ser una cantidad pequeñísima de algo que no acaba de manifestarse como algo mensurable o significativo. Me da, me da que Morocho hablaba del indicio uno, aunque el dos también es muy interesante. Por lo que ellos vieron, en el PP circulaban fondos negros gracias a «una actuación coordinada que respondía a unos designios, que ha prestado unos servicios de determinado perfil y que ha operado en diversos territorios con un tronco común». Es un poco escalofriante la explicación, como de organización criminal. Luego Morocho dijo que Trillo, Cascos y Rajoy habían recibido dinero de la trama «indiciariamente». «Indiciariamente, sí», dijo; y así varias veces. Debe de ser que Morocho vio algo de lo que infirió que el presidente del Gobierno cobró algo de alguien que no debía, o que cobró indicios de dinero, según la acepción dos, dinero tan pequeño que no acaba de manifestarse. A mí me dijeron que si alguien le da dinero en un sobre a un partido político es raro. Luego también habló Correa, el de la Gürtel. Dijo desde la cárcel: «¿Cómo no le voy a regalar yo unos payasos a Ana Mato?», que parecía que iba a decir después: «Usted no sabe con quién está hablando». Aunque también podía haber dicho, lo de los payasos, indiciariamente, sí.