Los másteres

Jaime Gómez Márquez CATEDRÁTICO DE BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR DE LA UNIVERSIDAD DE SANTIAGO

OPINIÓN

14 sep 2018 . Actualizado a las 07:41 h.

A partir de unos casos muy mediáticos que afectan a conocidos políticos, recientemente se está hablando mucho de los másteres universitarios (en especial de los de una universidad madrileña) y no precisamente para bien. Algunos medios de comunicación y tertulianos sabelotodo, aprovechan el escándalo de esos másteres para hacer una descalificación general de la Universidad española. Afortunadamente, en nuestras universidades hay muchos másteres que son académicamente rigurosos y formativos y por lo tanto útiles para quien los cursa.

Son cursos universitarios cuya finalidad es profundizar en el conocimiento o especializar en temáticas muy diferentes; en algunos ámbitos, tienen carácter habilitante, es decir, que son necesarios para ejercer una determinada actividad profesional. Es cierto que hay másteres irrelevantes por sus contenidos fatuos y/o redundantes y es cierto también que la inmensa mayoría de esos másteres, que nunca debieron implementarse, desaparecerán por selección natural, es decir, por falta de «clientes». Los casos de corrupción académica con fines lucrativos o trato de favor asociados a algunos másteres, son comportamientos censurables, incluso a veces delictivos, que nada tienen que ver con lo que debe ser la Universidad. Desde una perspectiva académica es especialmente grave el plagio; las personas que plagian, además de cometer un delito contra la propiedad intelectual, deberían ser expulsadas de la Universidad y ser reprobadas por la sociedad, especialmente si se es un responsable público.

Desde dentro de la propia Universidad se deben perseguir y sancionar todos aquellos comportamientos que sean antiacadémicos y ello con independencia de lo que puedan decir los medios de comunicación o los tribunales. Pero dicho todo esto como un necesario ejercicio de autocrítica, afirmo que hay muchos profesores y alumnos que se toman muy en serio la realización de su máster y aunque a algunos les parezca increíble los estudiantes van a clase y participan en todas las actividades formativas y los profesores preparan sus clases y cumplen con sus responsabilidades docentes como es su obligación. Por tanto es injusto descalificar de un modo general a todos los másteres, al profesorado universitario, a los gestores académicos y por extensión atacar a la Universidad cuestionando su honorabilidad y capacidad docente.