Confusión y vértigo

OPINIÓN

Manuel Lorenzo

16 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Parece que el regateo entre PSOE y Unidas Podemos se les ha ido de las manos a sus respectivos líderes, confundido cada uno de ellos por la actitud de su interlocutor. La realidad es que, a estas alturas, no parece haber un acuerdo a la vista, sobre todo por la desconfianza que ha crecido entre ambos y que tiene visos de solidificarse y persistir. Aunque la situación es tan deletérea que tampoco se puede descartar lo contrario.

Personalmente, a estas alturas entiendo mejor la actitud de Pedro Sánchez que la de Pablo Iglesias, porque el líder de Unidas Podemos ha hecho algunos ejercicios de acrobacia política que han desconcertado al mandamás del PSOE y a sus seguidores. Pero la realidad es que el problema sigue ahí y que puede desembocar en unas nuevas elecciones, esas que casi nadie desea, pero que ya muchos consideran la única salida.

Estamos ante el tramo final de este proceso y Sánchez, presidente en funciones, sigue convencido de que no hay bases para la coalición que propone Iglesias, ni aunque sea solo temporal y su duración la pueda fijar el líder socialista sin perder el apoyo de Unidas Podemos. Porque la realidad es que el secretario general del PSOE, que sigue viendo con más claridad los riesgos de esto que las ventajas, ha rechazado la oferta. El candidato socialista no olvida el abandono de UP el día que se votó su presidencia.

Es verdad que todavía puede ocurrir cualquier cosa -hay muchas presiones en juego-, pero cuesta creer que Sánchez se apee de su herida (es decir, de la desconfianza surgida tras el abandono de UP en la sesión de investidura). Y esto es comprensible, aunque ahora pueda considerarse inoportuno e inconveniente. Iglesias ha hecho unos movimientos de fichas que han desconcertado a Sánchez, quien los ha considerado incompatibles con sus acuerdos previos, lo cual ahora parece tener un difícil arreglo.

No obstante, las posibilidades de acuerdo aún subsisten, aunque sean débiles. Sánchez es tozudo e Iglesias tiene artes de equilibrista. ¿Es posible que se restaure la confianza entre ellos? No es imposible, porque la realidad tiene su fuerza, pero quizá ya nada será lo que pudo ser. Recuperar la confianza es la condición previa. Si no, nuevas elecciones. Y, entretanto, confusión y vértigo.