Sánchez y la recuperación

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

Moncloa

13 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de la abundante serie de viajes nacionales e internacionales que el presidente Sánchez hizo nada más llegar a la Moncloa, descubrió la realidad de que España necesitaba mucho más de su atención, es decir, de la atención del Gobierno que él presidía. Y, a partir de ahí, empezó a corregir el rumbo. Porque los problemas crecían, y también lo hacía la desconfianza en su liderazgo y en su capacidad de gestión.

Tuvo que llegar el terrible impacto del coronavirus para que todos comenzasen a preocuparse e intentar poner orden. El presidente del Gobierno se dio cuenta de que estaba ante su gran desafío y empezó a buscar soluciones, afianzando de paso la visibilidad de su acción mediante una activa comunicación pública. La guerra del virus había empezado con un número de víctimas que no paraba de crecer, pero la realidad emergente fue la de un país moderno, con talento, capacidad y coraje para resistir y contraatacar. Al frente de todo eso se fue alzando un aturdido Sánchez, que pronto intuyó la necesidad de estar a la altura de las circunstancias y acrecentar sus méritos políticos. Porque no estábamos ante una calamidad solo española, sino mundial.

El estadounidense Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía, nos había advertido de que «estamos en un momento crítico para Europa»; una crisis en la que era necesaria la emisión de eurobonos para afrontarla y combatirla con éxito…, pero este paso exigía una solidaridad que no se percibía con claridad en toda la Unión Europea.

Las medidas tomadas en Estados Unidos no andan muy lejos de las aprobadas en países europeos en el sentido de mantener a los asalariados vinculados a las empresas durante las suspensiones temporales de trabajo. Esto es algo muy relevante en EE.UU., donde la mayoría de los trabajadores tiene el seguro médico por medio del empleador.

Europa podría chocar aquí con un serio escollo. Porque EE.UU. puede emitir deuda para financiar sus medidas, mientras que la UE tendría que emitir eurobonos, lo cual requeriría la solidaridad de los estados miembros para aprobarlo. Felizmente, la UE ha acordado desbloquear hasta 540.000 millones para luchar contra la pandemia y sus destrozos. España podría así afrontar una recuperación sostenida.