Nombres que carga el diablo

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

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25 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Esto de poner nombres a los huracanes desvía la responsabilidad de las catástrofes que antes era de los dioses, pero también tiene su complicación. Veamos: si tu suegra se llama Hortensia, por ejemplo, puedes comprender las quejas y el daño que levanta a su paso, pero si ese es tu propio nombre ya la cosa cambia. «La gente se lamenta de los estragos causados por Eduardo...», hombre, no sé.

Eso está pasando ahora con el hospital Isabel Zendal de Madrid, un centro sanitario específicamente creado por Isabel Díaz Ayuso para luchar contra el coronavirus y que está levantando una polémica descomunal. La enfermera que da su nombre al recinto es una paisana del lector y mía, nacida en Ordes y vecina de A Coruña, donde dirigía a principios del siglo XIX el Hospital de la Caridad que había fundado Teresa Herrera cuando aún no se había inventado el fútbol. Sin embargo, la Zendal ha pasado a la posteridad por haber participado en la travesía trasatlántica de la vacuna de la viruela, conocida como expedición Balmis (1803-1806), y recuperada gracias al entusiasmo de personas como Pilar Farjas o el escritor Javier Moro (ya saben, el sobrino de Dominique Lapierre). Para nosotros Isabel Zendal es esa, pero para varios millones de madrileños es un sitio indeseado, denostado, injuriado, polémico. Ahora en Madrid mentar el Zendal es mentar a la bicha. Por eso estaría bien que la Ayuso, emulando a Franco, le pusiera al hospital su nombre. Al fin de al cabo ya está situado en la calle Manuel Fraga Iribarne.