Desde 1977 hemos tenido en España gobiernos de centro, de izquierda y de derecha; gobiernos compuestos por políticos provenientes del último franquismo o de la lucha antifranquista; y gobiernos que han impulsado diferentes programas políticos, sociales y económicos. Pero hasta que Sánchez, burlando lo que él mismo prometió, llamó a Podemos a formar un Ejecutivo de coalición con el PSOE nunca se habían sentado en el Consejo de Ministros políticos pertenecientes a un partido antisistema que aspira a destruir el Estado en cuyo Gobierno participa: abolir la monarquía, hundir a los tribunales, negar la naturaleza plenamente democrática de nuestro régimen político y apoyar el proceso de destrucción de la unidad estatal abanderado por los separatistas. Es lo que Podemos denomina asaltar los cielos, aunque de lo que se trata en realidad es de hundir a España en un infierno de confrontación, miseria y caos. No es de extrañar que los modelos a imitar por Podemos sean Cuba o Venezuela.
La batalla por la república es hoy el objetivo prioritario de los de Iglesias por una sencillísima razón: porque, con la abolición de la monarquía, desaparecería uno de los mayores elementos de cohesión política que existen en España, pues la apoyan todos los partidos, menos Podemos y los separatistas que pretenden despiezar nuestro país. Es decir, una inmensa mayoría frente a una clara minoría.
Para cambiar ese equilibrio, Iglesias está dispuesto a lo que sea: incluso a criticar al rey por hacer como padre, y con los fondos que tiene legalmente asignados, lo que hacen en España miles de familias: mandar a sus hijos a hacer uno o dos cursos de bachiller al extranjero. La demagogia populista de Podemos -ya puro peronismo- alcanza extremos verdaderamente infames: «Hoy la Casa Real ha anunciado que la princesa Leonor va a estudiar el bachillerato en el UWC Atlantic College en Gales. Han elegido un cole modesto y barato: 76.500€ al año. 6.375€ al mes. Casi 6 veces el SMI. Es otra de las cosas que incluye nuestra normalidad democrática». Esto escribe en Twitter Echenique, cuya cínica defensa de los desfavorecidos no le impidió tener un empleado sin darlo de alta en la Seguridad Social.
Para completar tan envilecido panorama, la longa mano de la extrema izquierda manipuló la TVE que pagamos todos al dar la noticia del viaje de estudios de la Princesa: durante un minuto y medio la información se acompañó de un rótulo destinado a denigrar a una institución que no puede defenderse: «Leonor se va de España, como su abuelo». Con una desvergüenza sin límites, la delegada del Gobierno en RTVE, Rosa María Mateo, alegó que se trataba de ¡un error!
Nunca en España desde 1977 se había alcanzado tal nivel de degradación ética y política. Las cartas están, pues, definitivamente boca arriba: aquí ya vale todo para los enemigos de nuestra democracia y de la Constitución que la asegura. Quienes dirigieron su construcción no pueden guardar silencio por más tiempo. Ha llegado el momento de dar la cara y hablar claro.