Voy a quimioterapia sin vacunar

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

A. Pérez Meca

30 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Poniéndome quimio y aún sin vacunar 

Se me citó por mi grupo de edad para vacunarme el 28 de abril pero resulta que estoy a tratamiento con quimioterapia y solo me pueden poner la vacuna de Pfizer o Moderna y a mi grupo se le estaba vacunando con Astrazeneca. Llamé para avisar y me dijeron que no me preocupara que se me llamaría enseguida y que probablemente me vacunarían en el Sanatorio de Oza, pues soy de A Coruña. Creo que ya llevo 9 llamadas a los números que hay habilitados para información de vacunas con sus 9 incidencias correspondientes. Para colmo soy beneficiaria de Muface. Me imagino que al Sergas esto no le importa pues es una individualidad, lo que sí le importa es el tanto por ciento de vacunados registrados. Estoy pensando que a lo mejor la única manera de que me vacunen sea encerrándome en un centro de salud hasta que me inyecten. Esto es una vergüenza. ¿Qué grupos de riesgo tienen como prioritarios? Llevo esperando desde abril. María Magdalena Bernal Martín. A Coruña.

  La prudencia, los obispos, el «procés»

¿Quién soy yo, para atreverme a realizar dicha petición? Simplemente una laica, que profesa la fe cristiana, pertenece a la Iglesia católica, y es la última en la estructura piramidal eclesiástica (papa, cardenales y obispos, clero, religiosos, laicos). Pero por ser hija de Dios, estar bautizada y ser una oveja de ese rebaño que pastorean los obispos de la Conferencia Episcopal Española, creo que tengo derecho a manifestar mi desacuerdo con la respuesta de los obispos catalanes y del portavoz de nuestra Conferencia Episcopal ante el indulto de los presos del llamado procés.

En estos momentos de división y confusión tanto política como religiosa en que estamos inmersos en nuestro país, los obispos debían de guardar un respetuoso silencio. Por supuesto que abocar por el diálogo es humano y cristiano, pero todos sabemos que no existen las condiciones necesarias para un sano y constructivo «diálogo» con mayúsculas. Y que lo único que se ha logrado es que aparezcan comentarios y artículos en prensa y redes sociales que aprovechan la situación para sacar a relucir cuestiones del pasado entre ETA y la Iglesia vasca. Dejan un final amargo y falto de fe, alegando a que Dios no perdona a esos obispos traidores. ¿Quiénes son estos señores para decirle a Dios lo que tiene que hacer? Este escrito brota desde mi conciencia, desde mis sentimientos y deseos de una Iglesia que proclame la fe sin miedo a nada, ni a nadie. María Isabel González-Rico Alonso. 

  La Baviera de Feijoo

Si nos atenemos al último sondeo publicado el domingo, Feijoo se perpetuaría en el poder con una situación política gallega en calma y en donde apenas hay trasvase de votos y escaños, salvo una pequeña horquilla, favoreciéndole la evolución de la pandemia en Galicia. Y no tanto por la gestión de la misma, que está en consonancia con la dispersión poblacional. Una situación que en el caso de la oposición consolida al BNG en su techo electoral, no teniendo el PSdeG/PSOE un candidato con más carisma y con un perfil más político, de cuya debilidad socialista recoge Ana Pontón como así se refleja en el sondeo. Un BNG más moderado y al que de momento no le interesaría -según como se mire- mantener posiciones radicales que le perjudicarían electoralmente. Mientras, el PSdeG es víctima de sí mismo como ya es tradicional en el aparato gallego de esta formación, en donde la referencia en el mismo fueron sus alcaldes: Paco Vázquez en su día y ahora Abel Caballero, que nunca quisieron salir de sus feudos, con el fin de poder reforzar la débil estructura del partido en Galicia. Los socialistas gobernaron con Laxe (1987- 1990) a la cabeza después de una crisis en el PPdeG y una segunda vez con Touriño (2005-2009) a raíz del Prestige. Es decir que salvo catástrofe natural o política les corresponderá estar en la oposición a no ser que sus victorias locales y «con ayuda del BNG» tengan un reflejo en unas elecciones autonómicas.

Respecto a las demás formaciones serían marginales en Galicia en ambos bloques ideológicos. Hay que tener en cuenta además que en el flanco del centroderecha el Partido Popular es una apisonadora de fuerte implantación en la comunidad gallega y en la izquierda nacionalista nos encontraríamos una fragmentación de formaciones como en la legislatura anterior o una concentración del voto entorno al BNG, mientras se mantenga la paz y estabilidad del actual momento. Por lo tanto a Feijoo solo le queda en principio imitar a su homologo del Lander de Baviera y presidente de la CSU, Markus Söder, que intentó saltar a la política nacional sustituyendo a Angela Merkel para al final seguir en su feudo. Solo hay que tener en cuenta que Söder es más político y menos tecnócrata. Mientras Feijoo encuentre el campo madrileño sembrado de minas y con un horizonte que no esté claro por aclamación no dará el más mínimo paso. Gustavo Olmedo. Pontevedra.