Para salvar a Alcoa todos debemos remar en la misma dirección
OPINIÓN
Todos recordamos la fecha del 25 de junio de 2020. Ese día Alcoa comunicó a la representación legal de los trabajadores y a la autoridad laboral que procedía a iniciar, de forma oficial, un procedimiento de despido colectivo en su planta de aluminio en San Cibrao (Lugo). Con esa decisión, Alcoa continuaba con un proceso de desinversión a nivel mundial, especialmente activo en España, y abandonaba definitivamente el mercado español después de décadas produciendo aluminio en nuestro territorio.
Desde entonces, desde el Ministerio de Industria hemos trabajado sin descanso con los representantes sindicales de la planta y la Xunta de Galicia para mantener las capacidades industriales y el empleo. Y hasta el momento esta lucha colectiva ha tenido sus resultados porque la decisión de despido colectivo fue declarada nula judicialmente mediante sentencia de 17 de diciembre de 2020. Dicha sentencia apreció mala fe por parte de Alcoa durante la negociación, tanto de la venta como de los despidos.
En enero, Alcoa manifestó su voluntad de vender la planta. Sin embargo, hasta el momento esta venta está bloqueada a pesar de tener varias ofertas de distintos operadores. Desde el Gobierno siempre hemos mostrado nuestro compromiso de contribuir a la viabilidad de la planta de Lugo y hemos puesto a disposición de la empresa los instrumentos de los que disponemos para ello.
Sin embargo, la posición de Alcoa está muy alejada de un acuerdo que permita vender la planta y garantizar su futuro industrial. El motivo de mi viaje a Pittsburgh fue desbloquear la venta de la planta y para ello trasladé al CEO de Alcoa, Roy Harvey, un conjunto de propuestas que incluía el acompañamiento del Gobierno de España en los planes industriales y laborales que acuerden las partes compradora y vendedora para asegurar el futuro industrial de la planta, incluidos los posibles riesgos sobrevenidos de la decisión de venta.
Este acompañamiento también contaría con diferentes líneas de ayudas públicas que se pueden aplicar tanto al plan industrial como energético. Como ejemplo citaré el recientemente activo Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva, con una dotación de 600 millones de euros, que financiará proyectos de inversión industrial que contribuyan a favorecer el desarrollo industrial, reforzar la competitividad de las empresas industriales y mantener las capacidades industriales en todo el territorio nacional. También tenemos las ayudas compensatorias por costes de emisiones indirectas de CO2 y el Fondo Español de Reserva para Garantías de Entidades Electrointensivas, que proporciona una mayor seguridad y certidumbre al precio de la energía y favorecerá la inversión industrial necesaria para mantener las capacidades productivas y el empleo. Sin olvidar otras ayudas como las de I+D+i o las de digitalización.
En definitiva, estamos hablando de una propuesta, consensuada con la Xunta de Galicia y los sindicatos, para que Alcoa desbloquee la venta y evalúe las cuatro ofertas de compra recibidas y poder llegar a un acuerdo lo antes posible. La situación a la que nos ha llevado Alcoa es insostenible y los trabajadores y las administraciones estamos buscando soluciones.
Para llegar a buen fin, tenemos que ir todos de la mano. Y es que, cuando empresa, trabajadores y administraciones trabajamos en la misma dirección, se alcanzan acuerdos y se avanza hacia una solución positiva y definitiva. Para salvar Alcoa todos debemos trabajar juntos. Es el único camino posible para asegurar los empleos y el futuro de A Mariña.