Subida del SMI ¿es el momento?

Maite Cancelo PROFESORA DE ECONOMETRÍA EN LA USC

OPINIÓN

MARCOS MIGUEZ

17 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El debate entre las ventajas e inconvenientes de una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) es casi tan antiguo como la propia economía. Los que están a favor ponen encima de la mesa que el aumento en la capacidad adquisitiva tiene efectos positivos sobre el consumo interno, lo que supone una mejora de la demanda interna y, con ella, de la producción y el empleo, a la vez que reduce la desigualdad social.

Sin embargo, muchas veces no se analizan determinadas cuestiones: ¿la subida del consumo es duradera?, ¿tiene un impacto sobre los precios?, ¿a qué empresas afecta realmente? o ¿cómo afecta al empleo? Efectivamente, la subida de salarios puede hacer que el consumo, inicialmente se incremente, pero si esta subida se traslada a precios acaba generando inflación, por lo que termina convirtiéndose en una pérdida del poder adquisitivo y el consumo finalmente se resiente, por lo que la ventaja de su subida acaba desapareciendo.

Además, el aumento de la inflación (ya elevada por el encarecimiento del precio de la electricidad y su impacto en otros productos del IPC) puede llevarnos a un círculo vicioso: mayores precios, mayores salarios y la espiral crece.

El SMI no afecta a todas las empresas, solo a las que no tienen convenio colectivo, pymes y autónomos, que aún están sufriendo las consecuencias de la crisis, con poco negocio y costes más elevados que se incrementan no solo por el aumento de los salarios sino por los aumentos de las cuotas a la Seguridad Social. Como no pueden soportar estos incrementos acaban despidiendo a los trabajadores, lo que provoca un aumento de la desigualdad, y mantenemos empleados con salarios más altos a costa de despidos. Esto ha sido contrastado empíricamente por el Banco de España y la AIReF que cuantificaron la pérdida de empleos en el 2019 debido a la subida del SMI en ese año. Las subidas de salarios pueden ser adecuadas, y beneficiosas, pero la experiencia nos muestra que es necesario un incremento en la productividad para que no haya expulsión del mercado laboral. Y teniendo en cuenta que los mercados no son iguales y los trabajadores tampoco, la cualificación, la edad y el territorio son factores que afectan a los resultados del aumento del SMI. Además, nuestras empresas aún están tratando de salir de la fuerte crisis provocada por el covid, en un contexto de incremento de precios, por lo que un aumento de sus costes no parece adecuado en estos momentos.