«Emorragias» de «herrores»

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

TELECINCO.ES

02 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Una emorragia digestiva podría haber causado el ingreso en urgencias de Amador Mohedano». A las cadenas de televisión ya no les llega con los contenidos audiovisuales que ofrecen. En muchos programas, los mensajes se multiplican mediante textos que aparecen en la parte inferior de la pantalla, que unas veces permanecen estáticos durante un tiempo y otras se van desplazando de derecha a izquierda. En espacios informativos se da cuenta de noticias distintas de las que informa el locutor de turno, y en entrevistas y debates se va recogiendo lo que alguien en el estudio considera las frases más importantes o interesantes.

El problema es la calidad de los textos, que algunas veces son un desastre ortográfico, como este mensaje sobre un encierro de los sanfermines: «Se confirma un herido por hasta de toro en el tramo de Santo Domingo». El idioma es machacado sin piedad, en una acción amparada por la fugacidad de los rótulos. Cuando alguien intenta volver sobre lo que acaba de leer, casi siempre ha desaparecido el texto. Pero a veces hay quien retiene el pecado y lo cuenta para reivindicar más respeto hacia la audiencia. Así, un telespectador recoge esto: «Comunidades como Murcia retoman hoy la vacunación de los que tienen una dósis de AstraZeneca». Una dosis de ortografía es lo que necesitaba el perpetrador.

A Lucía Dominguín le atribuyeron por escrito esta frase: «A mis hijos les dijeron que yo los había avandonado». El transcriptor puede alegar que las teclas de la b y de la v están contiguas en los ordenadores y a veces se escapa un dedo. La disculpa no le valdrá al grafista que convirtió la capital de Castilla y León en Vayadolid. A veces, la culpa de estos errores es de la técnica conocida como rehablador, que emplean algunas cadenas: una persona que escucha a quienes intervienen en el programa repite algunas frases ante un micrófono y un ordenador las convierte en texto. Lo insólito es que la aplicación informática no tenga un corrector de textos decente, que nunca dejará pasar avandonado, Vayadolid y un calabín y berengena, estos en un programa de cocina.

Estas cosas no ocurrirían si los textos que se ponen en pantalla pasasen antes por las manos de uno de esos valiosos profesionales que son los correctores.