Un equilibrio entre la vida «offline» y la vida «online»

Eduardo Cruz CEO DE QUSTODIO (PLATAFORMA DE SEGURIDAD Y BIENESTAR DIGITAL PARA FAMILIAS)

OPINIÓN

06 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy en día, las familias se enfrentan al reto de proteger y educar a sus hijos en un entorno crecientemente digital, una cuestión que puede resultar complicada para muchos padres y madres que, en gran parte, no son ni nativos ni expertos digitales.

No es fácil enfrentarse a los retos de una educación digital cuando quizás no disponemos del tiempo necesario que quisiéramos, o tal vez nos falten conocimientos sobre el medio y sobre los riesgos que se esconden detrás del uso de las tecnologías e internet.

Por eso mismo, es importante que nuestros hijos tengan a su lado padres y madres «digitales» que los acompañen y guíen en todo el proceso de crecimiento junto a las tecnologías, y que también les faciliten una serie de pautas y rutinas que aseguren un uso sano y equilibrado.

Los menores empiezan a hacer uso de la tecnología cada vez a edades más tempranas y no existe una respuesta correcta para determinar cuándo es el momento perfecto para introducirles en el entorno digital, así que, más que preocuparse por el cuándo, hay que centrarse en el cómo.

Es fundamental encontrar un equilibrio entre la vida offline y la vida online que nos permita, como padres, asegurar un buen entorno digital creando un ecosistema sano y saludable en familia. Para ello, lo más importante es entender que el mundo digital es como el mundo natural, donde también tienen que existir una serie de normas y no se puede permitir que un menor entre a el a ciegas y haga un abuso indiscriminado. Al igual que los educamos y ponemos límites en el día a día, tenemos que marcarles ciertas pautas y rutinas cuando hacen uso de la tecnología, asegurando su balance y bienestar digital.

A este concepto de balance lo solemos llamar «dieta digital». Idealmente, una buena dieta digital debe tener espacio para el ocio, el entretenimiento y el juego, así como para la educación, la comunicación con los demás, e incluso momentos digitales en familia. Todo ello en un balance que nos permita conseguir nuestros objetivos personales en la vida y apoye los de los demás.

El mundo digital ofrece innumerables ventajas, pero también conllevan una gran responsabilidad. La educación y madurez de los menores es progresiva y diferente, por ello el acompañamiento, la comunicación y los límites son imprescindibles para garantizar su bienestar digital.

El hecho es que nuestros hijos, a medida que crecen, han de poder llegar a disfrutar de un acceso a internet propio como parte de su desarrollo y crecimiento. Nuestro éxito como padres y madres es conseguir llegar a la meta de la independencia tecnológica de nuestros hijos sintiéndonos orgullosos del viaje realizado y su resultado: personas responsables y equilibradas en convivencia tecnológica con los demás.