¿Qué sabe de las lentes intraoculares?

Victoria de Rojas EN LÍNEA

OPINIÓN

María Pedreda

06 may 2022 . Actualizado a las 08:53 h.

Cada año se realizan una media de 30 millones de cirugías de catarata en todo el mundo. Es la cirugía más frecuente e implica el implante de una lente intraocular artificial sustituyendo al cristalino, que es la lente natural con la que nacemos. Y es que el cristalino, con el paso de los años y debido a procesos naturales de envejecimiento, acaba perdiendo su elasticidad y capacidad de acomodación, impidiéndonos una buena visión de cerca (presbicia), o provocando, en edades más avanzadas, una visión borrosa, carente de trasparencia (catarata); por eso hay que sustituirlo por una lente intraocular. Ahora bien, ¿qué sabemos de este tipo de lentes?

Como en tantas ocasiones en la historia de los avances científicos, las lentes intraoculares son fruto de un descubrimiento casual, en este caso relacionado con la tecnología militar. La primera lente intraocular la implantó el cirujano británico Harold Ridley en 1950, después de observar la excelente tolerancia del ojo a un tipo de plástico (el polimetil metacrilato o perspex) con el que se fabricaban las carlingas de los cazas británicos de la Segunda Guerra Mundial.

Ridley pudo comprobar cómo un desdichado piloto que perdió la vista de uno de sus ojos en combate toleraba perfectamente la presencia de fragmentos de perspex incrustados en el ojo contralateral por el que sí conservó la vista. Esto le llevó a aprovechar las propiedades ópticas y biocompatibles de este material para desarrollar e implantar un primer prototipo de lente a una enfermera de su propio hospital, en lo que fue un hito de la medicina. Tras unos años en los que siguió implantando las lentes con oposición de la mayoría de sus colegas, consiguió luego el reconocimiento de las sociedades científicas internacionales y fue nombrado caballero del Imperio Británico por la reina Isabel II.

Desde entonces se han producido avances extraordinarios en el diseño y material de estas lentes, así como en el cálculo de su potencia. Hoy en día los materiales acrílicos, blandos y biocompatibles, permiten plegarlas e introducirlas por incisiones mínimas. Además, se han desarrollado lentes que permiten corregir cualquier defecto de refracción previo que presente el paciente, incluyendo la presbicia. De esta manera, se realizan cirugías en ojos que todavía no tienen catarata pero que presentan defectos de refracción tales como miopía, hipermetropía o astigmatismo, acompañados de vista cansada o presbicia, con el fin de proporcionar una visión funcional a distintas distancias sin usar gafas.

Existen varios tipos de lentes intraoculares (monofocales, multifocales, de foco extendido…). Será siempre el oftalmólogo experto en este tipo de implantes el que decidirá el tipo a implantar en función de las características de cada caso. El funcionamiento óptimo de las lentes multifocales se da en pacientes con ojos sanos y no son adecuadas para todos los casos. Se debe realizar un estudio preoperatorio completo para descartar otras enfermedades del ojo tales como glaucoma, retinopatías, ojo seco importante, astigmatismo irregular, etcétera. En caso de no ser posible el implante de una lente multifocal, las nuevas lentes de foco extendido y lentes monofocales plus pueden ofrecer ventajas sobre las monofocales convencionales en cuanto al rango de distancias que cubren.

En definitiva, las lentes intraoculares, además de facilitar una magnífica solución a las cataratas, nos han abierto las puertas a la corrección de los defectos de refracción, proporcionando una mejor calidad de vida para millones de pacientes en todo el mundo.