El Gobierno ha dado luz verde a que las mujeres con fuertes dolores de regla tengan la posibilidad de coger una baja médica. Su coste lo asumirán desde el primer día las arcas públicas. ¿Es apropiado legislar esta medida? ¿Se abordó correctamente? Aquí el debate
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Una sindicalista y una doctora aboradan en este debate si es apropiado establecer por ley una baja laboral por dolor menstrual. La polémica quedó patente a lo largo de esta semana. Hay quienes opinan que es estigmatizar a las mujeres; en contraposición, los que piensan que ya era hora una medida como la abordada.
Vicesecretaria General de UGT
Nadie debe ir a trabajar con dolor
La pasada semana conocimos el anuncio en los medios de comunicación de una medida del Gobierno importante para las mujeres de nuestro país. Una medida que se anunció de manera pública sin consulta o negociación en el diálogo social y que ni siquiera se había consensuado dentro del propio Gobierno. Me refiero a la baja por menstruación dolorosa.
Para UGT, cualquier medida que se tome desde el Ejecutivo tiene que medir el impacto de género que va a causar para que, a medio plazo, no resulte contraria a lo que se pretende. Por ello, es fundamental que, cuando se trata de regular una norma con la finalidad de proteger a las mujeres, se haga una reflexión profunda de los efectos que puedan tener en el empleo y el mundo laboral. Nuestro sindicato, tiene una historia larga de consecución de derechos para las mujeres, y es por ello que creemos imprescindible que el Gobierno lleve a cabo más diálogo con los interlocutores sociales, antes de aprobar sus medidas.
Una reflexión que parece haber tomado el Gobierno, ya que, finalmente, la propuesta que ha aprobado el Consejo de Ministros va más en la línea adecuada, con una baja de la que se hará cargo el Estado desde el primer día, que cubre el 100 % de la incapacidad temporal de la mujer que la sufre y que se prescribe por parte de la Seguridad Social. Una medida que, ahora sí, elimina cualquier tipo de discriminación y estigmatización hacia las mujeres y amplía su cartera de derechos.
Nadie nos puede dar lecciones de cómo pelear la consecución de nuevos derechos para las personas y, en especial, para las mujeres de nuestro país. Si el Ejecutivo hubiera contado con el diálogo social para impulsar esta medida, se habría ahorrado todo el ruido social y mediático que ha provocado y hubiera podido completar la ley de una manera más justa y eficiente. Es imprescindible que sigamos trabajando como hemos hecho siempre para lograr la visualización y el reconocimiento de las patologías específicas, su investigación y su tratamiento, con el fin de resolver dichas dolencias y mejorar la salud de las mujeres en unas dolencias que, en muchas ocasiones como con la menstruación, afectan no solo a las trabajadoras, sino al conjunto de todas nosotras.
Directora médica de Clínicas EVA
Sí, porque la regla puede ser incapacitante
Es la primera vez que un país europeo regula el derecho de una mujer que sufre reglas muy dolorosas a cogerse una baja laboral. Serán los médicos de cabecera quienes decidan si procede o no dicha baja y por cuántos días, con la información ginecológica previa.
La medida ha suscitado una polémica sociopolítica que parece estar obviando una realidad médica. Esta realidad es que la regla puede doler y cuando duele puede hacerlo a unos niveles que resulten incapacitantes, sin que el origen sea la existencia de una patología.
El motivo se relaciona con el exceso de producción de las prostaglandinas, unas hormonas que provocan contracciones en el útero cuando este libera cada mes el recubrimiento interno que va preparando para que anide en él un óvulo fecundado. Es decir, mientras se prepara para su función fisiológica: albergar un bebé. Cuando la fecundación no se produce, el tejido uterino sale por la vagina en forma de sangre, a lo que llamamos menstruación, o coloquialmente regla o período.
El dolor antes mencionado se conoce como dismenorrea y puede aparecer antes y durante el sangrado. Se irradia desde la pelvis a la zona lumbar e incluso a las piernas. Puede ir acompañado de malestar general, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, mareos o irritabilidad.
Todo ello puede derivar en un cuadro incapacitante que deja a la mujer postrada y que, de repetirse cada mes, puede ser también motivo de ansiedad y de malestar emocional.
A esta dismenorrea primaria, se suma la secundaria, a la que nos referimos cuando el dolor se produce por problema ginecológico. Aunque ahora ya parece ser más conocida, la endometriosis, a la que se ha llegado a llamar el mal femenino silencioso, produce un dolor que inmoviliza y, en definitiva, merma la calidad de vida de quienes la padecen.
La endometriosis, el crecimiento del tejido endometrial fuera del útero, produce dolor pélvico y abdominal y reglas intensas que requieren un tratamiento con analgésicos y también anticonceptivos.
La regla puede ser también dolorosa en caso de adenomiosis, de miomas o pólipos uterinos, enfermedad inflamatoria pélvica o quistes ováricos. Aquí el dolor puede persistir incluso una vez finalizado el período. No podemos, por lo tanto, hablar de regla sino de reglas. Para cada mujer la menstruación es distinta y puede serlo incluso cada mes, según otros factores de salud relacionados. Mi recomendación es favorable, por lo tanto, a esa baja laboral, que, además, ayudará a visibilizar estos problemas de salud femeninos, de los que tanto se habla, pero de los que tan poco se conoce.
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