Que de las 17 fábricas de coches que hay en España, solo una, Stellantis Vigo (asociada a la planta de Stellantis Madrid), se haya quedado fuera del reparto de fondos europeos destinados específicamente a la transición industrial hacia la producción de coches eléctricos, da que pensar.
Porque Stellantis Vigo no es una fábrica cualquiera. Es la que produce más vehículos al año en España (489.000 el ejercicio pasado), a un ritmo de 2.300 unidades al día. Ninguna otra hace eso. Pero es que además de ser la planta de coches más eficiente de Europa, con un nivel de aprovechamiento de la capacidad instalada del 100 por cien; es la planta pionera de España en producción de la primera generación de vehículos eléctricos (en el 2007 ya sacó las primeras unidades enchufables de las furgonetas Partner y Berlingo); y actualmente produce cinco modelos diferentes en versión electrificada, uno de ellos, el Peugeot e-2008, líder en ventas en Europa.
Ninguna otra planta española está a ese nivel. Pero, aún hay más. Stellantis Vigo, cuando era grupo PSA (antes de la fusión con Opel y Fiat Chrysler), en el 2015, fue pionera en lanzar un prototipo sin conductor (un C4 Picasso) y llevarlo de Vigo a Madrid en modo autónomo. Y ahora resulta que la fábrica que más ha hecho por la automoción eléctrica y conectada se queda fuera del reparto de los fondos europeos que administra el Gobierno en el denominado PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado. Increíble, pero cierto. Dice el ministerio que Stellantis no ha hecho bien las cosas. Vamos, que sabe hacer coches punteros, pero no sabe solicitar ayudas, cuando lleva décadas (al igual que las demás plantas españolas) beneficiándose de los principales programas de ayuda a la automoción. Vamos, que saber, sabe como se rellenan los papeles y entregarlos en plazo.
La multinacional solicitó 600 millones de euros para instalar una nueva plataforma que le permitirá fabricar la nueva generación de vehículos eléctricos que se adjudiquen a partir del 2026. La programación industrial del grupo, que tiene actualmente fábricas en más de 30 países del mundo, contempla que esa inversión debe ejecutarse en el 2026. Bruselas le ha dicho al ministerio que los fondos que se adjudiquen tienen que estar ejecutados a 31 de diciembre del 2025. Así que Stellantis Vigo se queda fuera del reparto por un problema de plazos.
Pero es que el reparto del PERTE le ha dado portazo a Stellantis hasta para los 43 millones de euros que solicitó a parte para, entre otras inversiones, montar un nuevo taller de baterías que ejecutaría a partir del 2023, porque los ha solicitado mal, lo cual lleva a pensar que, o bien Stellantis debe cambiar su departamento de gestión de ayudas, o bien lo ha hecho mal a posta (¿con qué fin?) o bien el Gobierno está tentando a su suerte, y poniendo en peligro el futuro del mayor fabricante de coches de España, que conociendo los arrebatos de su patrón, Carlos Tavares, cualquier día dice «arrevoire Vigo» o «obrigado por tudo», que es portugués.