El regreso

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

PEPA LOSADA

11 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

De vuelta. Atrás quedó la playa que se desperezó con una lluvia primeriza de otoño sobrevenido. Y la mesa en la terraza de la esquina, de las dos esquinas, la de El Muro y la del Urban al otro extremo del pueblo. Atrás se fue quedando el verano y yo con él clavando el póster de agosto en el tablón que anuncia la nostalgia. Y si con Calderón de la Barca «casa con dos puertas mala es de guardar», yo guardo melancólico, que tal es mi condición, una casa única, con dos puertas. La que me acoge en mi pueblo de nación y la que me aguarda allí donde he elegido vivir.

Dicotomía que divide mis afectos, y limita la geografía de mi vida compartida entre las dos puertas que franqueo al ritmo que me marcan las dos grandes estaciones subrayadas en el calendario, la casa del verano, el hogar de invierno.

Y el señor del viento reunió a todas las brisas en la plaza Mayor antes del retorno. Fue como una despedida de fin de ciclo. Me acarició el rostro la ultima brisa de la tarde, la vespertina, madura y maliciosa, hija del nordés que veranea a mi lado, quiso despedirse la brisa deshilachada que me saludaba cada mañana, y un viento mozo de hasta luegos volvió para desearme un buen viaje de regreso. Y se fueron quedando los paseos prendidos en el aire de los pasos que cincelaron huellas que nadie ve, y un catálogo de holas y abrazos puso fin a un mes que este año me regaló cincuenta días.

Nada y todo, suficientemente insuficiente, entre el Dante de todos los otoños y el taimado Faulkner de las primaveras. Y la cuenta atrás de los amigos que ya no están, que cruzaron al otro lado del río en donde nadie los espera, y repito en voz alta la palabra morriña para ubicarla en un vocabulario nuevo, en el anaquel de la librería donde coloqué la voz saudade.

Todo y nada, vida e morte, como en una canción de Amancio Prada que llena la tarde con versos de Rosalía.

Reanudación, retorno, de vuelta, llegada, reingreso e incluso rentrée son sinónimos del regreso cuando no encuentro la palabra precisa para contar que ya estoy donde solía, que atrás quedó la mar, mi mar, silvando una melodía antigua, una canción de agua.

Seguro que canta con su voz ronca de oleajes y mareas vivas de septiembre, el tango volver con la frente marchita… y la escucho como si fuera la banda sonora de este septiembre donde concluye el verano.

Y así entre un manojo de recuerdos recientes van pasando los primeros días de el regreso.