El número de la hora

Jorge Mira Pérez
Jorge Mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

Lavandeira jr | EFE

30 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace algunos años, en los días del cambio de hora surgen todo tipo de propuestas: grupos que proponen quedar con el horario de verano todo el año, grupos que proponen el de invierno todo el año y, ahora, se une un grupo en Barcelona que propone poner el país patas arriba con un retraso de 2 horas con respecto al de verano. La insensatez de la medida (que desfasaría de un modo grave la vida del país con respecto al equilibrio al que ha llegado tras décadas) se adorna con conocidos bulos como el de la supuesta naturaleza hitleriana de nuestro huso (que es más bien gaullista) y, sobre todo, se asienta en un cierto anumerismo. El creador del sistema de husos horarios en 1884 dijo que la gente sabría identificar el momento del mediodía, independientemente del número que marcase el reloj. Poco sospechaba que alguna gente del siglo XXI se confundiría. En España, en promedio nos sentamos a comer en torno a las 14 horas, que es el punto promedio de mediodía para nuestra posición geográfica, que hemos identificado correctamente desde generaciones anteriores. Pero resulta que para alguna gente eso está mal (aunque la posición del Sol sea la correcta), simplemente porque no les gusta el número del reloj: el 14 les parece feo, y quieren poner el 12. Parecen no darse cuenta de que así romperían el equilibrio de la población española con el ciclo solar (trasladarían nuestras vidas entre 1 y 2 horas más hacia la noche) y la obligarían a ir penando durante varios años hasta recuperar… el mismo punto solar en el que está ahora.